En años recientes, no ha sido común que un “posteo” de La Nación –tampoco de otros medios costarricenses– supere las 300.000 visualizaciones en redes sociales si no es un video. La portada del pasado viernes 30 de mayo lo logró sin una noticia urgente, sin una imagen impactante de actualidad. Lo hizo con un mensaje editorial de denuncia y compromiso en el marco del Día Nacional del Periodista.
La idea ya había recorrido el mundo. Hace dos años, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) lanzó una campaña inteligente, minimalista y provocadora: una portada imaginaria plagada de la frase “Todo va bien”. La ironía era punzante. La repetición mecánica de esas tres palabras revelaba justo lo contrario. El remate lo daba un hashtag afilado: #Si todo va bien en las noticias, algo va mal en el periodismo.
Previsiblemente, a comienzos de 2023, esta idea tuvo mayor resonancia en países donde la sola existencia del periodismo se ve amenazada por gobiernos autoritarios o líderes populistas que buscan controlar las narrativas y hacen del periodismo independiente su enemigo.
Lamentablemente, a mediados de 2025, en Costa Rica –otrora vista como un oasis de democracia y desarrollo en una turbulenta región no extraña de dictaduras, guerras civiles y desigualdad– han proliferado las condiciones para que la misma iniciativa, aplicada con algunas diferencias, se vuelva igual o más viral.
En La Nación tomamos una pieza conceptual global y la transformamos en un editorial gráfico dirigido a nuestra audiencia. Una declaración que, sabíamos, echaría raíces en el mundo físico tras cruzar el umbral de nuestra rotativa.
La respuesta fue abrumadora. Que una portada editorial –inspirada en la campaña de la Unesco, pero con dos párrafos adicionales cuidadosamente escritos y el sello gráfico del diario más longevo del país– generara tal eco no es casualidad. El gran impacto digital que generó el impreso, 100 % orgánico, revela que todavía hay un hambre genuina por un periodismo fuerte, creativo, valiente. Un periodismo que incomoda, que interpela, que resulta útil para los lectores. Los primeros entusiastas de una iniciativa como esta solemos ser los periodistas, pero la que lleva el mensaje hasta los rincones más improbables de nuestras fronteras e incluso más lejos, es la audiencia. Es lo que todavía, en la era digital, puede lograr una portada diferente. Provocadora.
La Unesco defiende la libertad de expresión como derecho universal. Nosotros la ejercemos como deber cotidiano. A veces, para recordarlo, basta una frase que se repita muchas veces, hasta que ya no podamos ignorarla.
Si todo va bien en las noticias, hay algo que va mal en el periodismo.
— UNESCO en español 🏛️#Educación #Ciencia #Cultura (@UNESCO_es) May 3, 2023
Sin libertad de expresión, no podemos defender los #DerechosHumanos.
✊Hoy es el #DíaMundialDeLaLibertadDePrensa. ¡Súmate al llamamiento de la @UNESCO_es para defender la #LibertadDePrensa! pic.twitter.com/940mw1Y6UP
