El reciente acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) es una lección en varios sentidos, por ejemplo: la importancia de pasar la página en temas que dividen como el brexit, leer el contexto actual y dialogar viendo hacia adelante.
En el 2016, el Reino Unido votó separarse de la Unión Europea (brexit), decisión que, hoy, una mayoría considera que fue un grave error; no obstante, aún hay personas a su favor, por lo que es un tema que divide.
Un incentivo para negociar han sido algunos anuncios de la nueva política establecida por el presidente Trump, de Estados Unidos, como el aumento de aranceles y su reclamo por la baja inversión de la Unión Europea en su defensa, incluida la OTAN. Sin duda, esto ha facilitado lograr un acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea, donde se han dado concesiones del primero a cambio de beneficios en comercio, defensa y oportunidades para los jóvenes por parte de la Unión Europea.
En cuanto a las concesiones del Reino Unido, hay una negociación de cuotas de acceso para los países de la UE a derechos de pesca en sus aguas, con contrapartidas como el acceso a un fondo de inversión en tecnología.
En lo comercial, resulta muy positivo eliminar barreras a las importaciones, facilitando el acceso de productos agropecuarios más expeditamente a su mercado más cercano. Y en defensa –sin duda, una preocupación ante el tema OTAN y la guerra en Ucrania–, se abrió la puerta a diálogos semestrales de alto nivel, ser parte de PESCO –un acuerdo de colaboración en defensa entre los Estados miembros de la Unión Europea– y, finalmente, poder acceder a fondos para proyectos de defensa.
Por último, gracias a este nuevo acuerdo, los jóvenes –una de las poblaciones más sacrificadas por el brexit por el retiro de inversión del Reino Unido y por haber perdido el derecho de trabajo y libre tránsito en los países integrantes de la UE– volverán a contar con esa oportunidad, aunque por tiempo limitado. Se habla de un modelo similar al de Australia y Nueva Zelanda (tres años). También podrán acceder a pasantías en el programa Erasmus.
¡Bien por el primer ministro Keir Stamer y la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen! Han dado una lección de cómo pasar la página y avanzar en beneficio mutuo.
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Nuria Marín Raventós es politóloga.