Hoy, que concluye la Copa Mundial de Fútbol y el nombre de Catar que se vincula con el deporte en el más grande acontecimiento futbolístico del orbe también será asociado de manera vergonzosa con un caso de corrupción, es probable que lo ganado con el Mundial se pierda tras esta grave denuncia, ya que el flagelo de la corrupción toca de cerca al Parlamento Europeo y enlaza gravemente a esa nación con la ahora exparlamentaria griega Eva Kaili y varias personas más.
Un operativo de la Policía belga implicó el allanamiento de 20 sitios, entre casas, oficinas e incluso habitaciones de hotel, y encontraron exorbitantes cifras de euros en efectivo en el hogar de la vicepresidenta del Parlamento Kaili (150.000 euros), en una habitación en el hotel alquilada por el padre de esta (700.000 euros) y del exeurodiputado Pier Antonio Panzeri (600.000 euros), entre otros sospechosos hallazgos. Se señala que los fondos provienen de Catar y su intención era bajar el tono a las críticas al régimen en materia de derechos humanos.
Las acciones de su partido y del Parlamento fueron inmediatas y contundentes, a la destitución de la vicepresidencia y la separación de la fuerza política a la que representa le siguió una detención para su interrogatorio, lo que limpia en parte la vergüenza de la institución europea; no obstante, preocupan las declaraciones del eurodiputado alemán René Repasi: “Mucho me temo que lo que vemos aquí es solo la punta del iceberg”.
Además de la destitución, el Parlamento puso en el congelador una iniciativa que haría posible que los cataríes viajen a la Unión Europea sin visa y deberán entrar en un profundo proceso de reflexión y toma de acciones para blindarse de futuras acciones contra la ética de sus miembros.
Valga la oportunidad para plantear una vez más la necesidad de integrar un órgano similar o adscrito a la Corte Penal Internacional, como lo sería una corte internacional anticorrupción, para declarar la corrupción como crimen de lesa humanidad, irrenunciable, imprescriptible y bajo la jurisdicción universal ante la realidad de que este flagelo corroe incluso a las instituciones más fuertes y los mecanismos de contención demostraron ser insuficientes.
Licenciada en Derecho de la Universidad de Costa Rica y Máster en Artes Liberales en Harvard University. Co-fundadora y Vicepresidenta del grupo empresarial "Alvarez y Marín Corporación". Mujer Empresaria del Año 2011, Premio Alborada, Programa de Desarrollo Mujer Empresaria, Cámara de Comercio. Profesora, analista y conferencista.
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