El gobierno presentó el Plan Nacional de Desarrollo e Inversión Pública a finales del 2022, con gran cantidad de metas nacionales, sectoriales y de intervención pública.
Lo bueno de tener un plan de metas numéricas es que fija un rumbo claro, a la vez que facilita la discusión y revisión de este, con el fin de mejorarlo.
Por eso me parece bienvenido el documento que acaba de presentar la Academia de Centroamérica, titulado Propuestas para un mejor futuro. Tomando como base el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno, el documento recopila el análisis y recomendaciones de 16 expertos en igual número de temas. En este sentido, el documento aporta elementos muy valiosos para la discusión sobre cómo construir una hoja de ruta para avanzar en el desarrollo de Costa Rica.
Uno de los capítulos, por ejemplo, va dirigido a la agricultura. Está claro que la necesidad de alimentar mejor a la población es un enorme reto para el país, y que, para ello, la productividad, competitividad y sostenibilidad del agro es fundamental para el desarrollo económico y social de la personas que viven en las zonas rurales (que han quedado rezagadas en la últimas décadas).
El Plan propone múltiples metas para alcanzar estos objetivos. Sin embargo, Víctor Umaña, autor del capítulo agropecuario en el documento de la Academia, lo critica, por cuanto considera que requiere más políticas para conseguir cambios de mayor impacto.
De ahí que Umaña plantee una serie de recomendaciones para la actividad del agro, tales como la ejecución de un programa de clústeres agrícola, la solución del registro de agroquímicos (problema de larga data), la ejecución de un programa de innovación y emprendimiento, la expansión y diversificación de la oferta exportadora, la atracción de inversión hacia las zonas rurales, la disminución de trabas para la generación de empleo y la ejecución de un programa de adaptación a los efectos del cambio climático.
Para lograr esto, Umaña recomienda hacer una transformación de la institucionalidad pública del sector agropecuario, de manera que quede todo bajo una sola línea de mando, en el Ministerio de Agricultura, y propone el cierre de instituciones cuyas funciones no resuelven ninguna falla de mercado, tales como el CNP y Conarroz. Interesantes aportaciones para tomarlas en cuenta.
El autor es economista.