
En este espacio, he escrito sobre los supuestos beneficios y perjuicios del uso de cannabis y productos derivados de esta planta (tetrahidrocanabidol y canabidiol, fundamentalmente).
La actual administración, por medio del Ministerio de Salud, ha presentado proyectos apoyando su uso bajo el presunto beneficio para la salud de dichos compuestos químicos. Los usos terapéuticos de estas sustancias son limitados, con niveles de evidencias débiles o inexistentes excepto para las siguientes condiciones: ciertos tipos de epilepsia en la niñez, muy infrecuentes; anorexia y pérdida de peso asociada al sida, y náuseas y vómitos asociados a quimioterapia, y pare de contar.
Existe evidencia débil para la ansiedad y trastornos del sueño y, para estas condiciones y docenas más que supuestamente beneficia, no existe aprobación del FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos del Gobierno de Estados Unidos).
La inmensa mayoría de las personas que consultan con sus médicos tendrían gran resistencia para tomar un medicamento si su médico les dice que no tiene aprobación del FDA.
Sin embargo, cannabis y CBD se consumen cada vez más por jóvenes y adultos bajo tres supuestos que son consecuencia de mala información y desinformación: es medicinal, es natural y no tiene efectos secundarios preocupantes.
Con respecto al primero, me referí a él en los párrafos anteriores; con respecto al segundo, el arsénico es natural, así como la toxina botulínica. Y con respecto al tercero, ha sido el caballo de Troya para instalarse en los mercados, cercano al agua bendita y la pomada canaria.
Pero estos argumentos en realidad son mamparas para ocultar la verdadera razón por lo cual la inmensa mayoría de los consumidores lo hacen: porque les da alguna forma de placer, porque es divertido, etcétera. Son las mismas razones por las cuales se consume alcohol y cocaína, pero en el caso de cannabis, el aura de compuesto medicinal es una manera de maquillar su consumo.
Efectos muy serios
Recientemente, hemos visto la aparición de efectos secundarios al consumo de cannabis que quiero comentar, porque son de consecuencias muy serias para la salud física y mental y, dándolos a conocer, quizá se haga pensar dos veces a jóvenes y adultos sobre el consumo de cannabis y sus derivados.
En un estudio publicado este mes en la revista JAMA de Medicina Interna, jamainternmed.2025.2366 (revista de la Asociación Médica Americana), se le dieron dosis de CBD similares a las que se venden en forma no regulada en el comercio a un grupo de adultos sanos durante 28 días.
El 11% presentó elevación en las enzimas hepáticas (transaminasas), el 5,6% presentó un aumento en las enzimas hepáticas hasta tres veces mayor que el límite normal aceptado. Es decir, el CBD puede causar un daño en el hígado que muy pocos productos farmacéuticos producen. Varios medicamentos producen elevación de enzimas hepáticas, pero muy pocos las elevan de tres a cinco veces el límite normal máximo aceptado.
En otro estudio, retrospectivo, publicado marzo de este año en JACC (revista del Colegio Americano de Cardiología), https://doi.org/10.1136/heartjnl-2024-325429, se revisaron los datos de 4,6 millones de personas sanas menores de 50 años. El consumo de marihuana aumenta seis veces el riesgo de tener un infarto, eleva cuatro veces el riesgo de un accidente cerebro-vascular isquémico (infarto cerebral) y tres veces el riesgo de morir de cualquier causa de origen cardiovascular. Es necesario enfatizar en que estas cifras corresponden a estudios en personas jóvenes sanas, menores de 50 años.
Finalmente, en enero de este año, también en la revista JAMA, se publicó el estudio más grande realizado hasta la fecha sobre el impacto del consumo habitual de marihuana en 1.003 adultos de entre 22 y 36 años de edad (jamanetworkopen.2024.57069), de acuerdo con alteraciones en el cerebro encontradas en estudios de resonancia magnética.
Se hallaron alteraciones en regiones del cerebro fundamentales para el funcionamiento de la memoria de trabajo, una función ejecutiva vital para un buen desempeño en múltiples áreas del quehacer cotidiano. El 63% de los consumidores presentó una disminución de la actividad cerebral en la corteza prefrontal, dorso lateral, dorso medial y región anterior de la ínsula. Todas estas regiones son muy relevantes para un funcionamiento mental óptimo.
La legalización de la marihuana y sus derivados es uno de los experimentos sociales con consecuencias más negativas para la salud física y mental, especialmente de los jóvenes, pero como lo muestran los estudios que he mencionado, también para los adultos que consumen habitualmente estas sustancias adictivas.
psiqueluisdiego@gmail.com
Luis Diego Herrera-Amighetti es psiquiatra, especialista en niños, adolescentes y salud pública, y miembro de número de la Academia Nacional de Medicina.