Costa Rica pierde otra gran conquista que nos distinguía. Las cifras no mienten: según el INEC, pasamos de 8,84% muertes en el primer año de vida por cada 1.000 nacimientos en el 2009, a 10.66 muertes por cada 1.000 nacimientos en el año 2024. Desmejoramos exponencialmente y lo triste es que en el 2015 se había podido bajar a 7,74 muertes.
Costa Rica, otrora referente internacional, hoy vive una “emergencia seria” en neonatología, como lo dijo el doctor Rodrigo Chamorro, director del Hospital Calderón Guardia, ante la Asamblea Legislativa. Y esto es así porque nuestros indicadores han caído abruptamente, especialmente en el caso de los bebés menores de 28 días. Lamentable.
El problema mayor está en neonatología, pues un 73% de las muertes se dan antes de cumplir los 28 días de nacidos. A la falta de especialistas, se suma una mala administración dentro de la CCSS, ya que hay una concentración de ellos en el Hospital Nacional de Niños. Esto, porque ahí se hace el posgrado y se deja sin recursos a otros centros hospitalarios. Y a esto se suma el hecho de que no se ha corregido, como en la mayor parte del sector médico, la distorsión salarial existente.
Además, existen otros problemas complicados, como lo son: la falta de inversión en programas prenatales, deficiente nutrición de las madres, pobreza en los hogares y problemas derivados de esta, como malas condiciones higiénicas, deficiente calidad del agua, contaminación y el azuzamiento de los grupos antivacunas, entre otros.
La parte más cruel es que el gobierno sigue reduciendo la inversión social, desfinanciando programas como el de vivienda, el acceso a agua potable, la creación de más Ebáis y, a la vez, persiste el incumplimiento de sus pagos a la CCSS. Mientras sigue la pérdida de angelitos, se divulgan con orgullo cifras macroeconómicas maquilladas como un gran logro económico, pero se oculta el dolor de mamás y papás que perdieron a sus hijos.
Dichosamente, algunas empresas privadas ponen de su parte. La Ucimed, por ejemplo, organizó la II Convención de Reanimación Neonatal a fines del 2024 y entrenó a 50 brigadistas de la Cruz Roja en técnicas de reanimación neonatal.
Señores de la CCSS y el Ministerio de Salud, les pregunto: frente a esta lamentable realidad, además de habilitar universidades privadas para siete especialidades, en las que vi Pediatría pero no Neonatología, ¿qué están haciendo?
Nuria Marín Raventós es politóloga.