Columnistas

Me duele la garganta y renuncio a la presidencia

¿Entonces qué? Si un presidente en Costa Rica renuncia porque tiene insomnio, ¿nada puede hacerse? Y si renuncian el presidente y los dos vicepresidentes al mismo tiempo, por catarro, ¿se van para la casa?

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El 30 de julio de 1982, hace treinta y tres años, en un día caluroso y húmedo, como los de siempre en ciudad de Panamá, el presidente de ese país, Arístides Royo, entró a su oficina, se sentó en su escritorio y escribió su carta de renuncia al cargo, con efecto inmediato. La firmó, se levantó y, acto seguido, se fue para su casa. Lo interesante no es la renuncia en sí, pues, aunque es raro que un presidente renuncie, tampoco es algo nunca visto. Lo que aún hoy llama verdaderamente la atención fue su razón: escribió que renunciaba por tener “dolor de garganta”.








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