Columnistas

La indecisión al opinar

El indeciso que se queda quieto tiene muchas menos probabilidades de equivocarse que quien se lanza a la acción

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Como ustedes habrán notado, es difícil contemplar un verdadero debate: a veces ni aquellos llamados así, e integrados por quienes compiten por un cargo de elección popular o un lugar en algún órgano institucional, lo son. De hecho, esa es una de las razones por las cuales se nos vuelve tan complicado saber qué piensan realmente y tomar una decisión de voto informado, pues, en el fondo, parece que sus “diferencias” estriban en la fórmula bastante populista: “Yo no soy más de lo mismo”. Más allá de eso, a una le da la impresión de que la verdadera apuesta consiste en ganar, más que en ideas y propuestas razonables para el país.








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