Columnistas

La aversión a los exámenes

Quienes propician el debilitamiento o la eliminación de las pruebas no reparan en los beneficios del esfuerzo para superar las limitaciones

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Hace mucho tiempo vengo diciéndolo: si se derogara el código penal, durante un tiempo, desaparecerían los reos y hasta podría llegar a creerse que los delincuentes se hicieron buenos. Si las fábricas eliminaran el control de calidad, se aceleraría la producción y las propietarios incrementarían sus utilidades. Eliminar la revisión de los vehículos automotores permitiría que todos circularan libremente. Sin relojes marcadores, nadie llegaría tarde al trabajo. En fin, sin los mandamientos, todos seríamos santos.








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