
Costa Rica está pasando por momentos complicados. La población siente un descontento general con el concepto de “gobierno”. La corrupción, las malas gestiones, la inseguridad, la delincuencia, el costo de la vida y el desempleo han causado preocupación en los últimos años, y siete de cada diez personas no simpatizan con ningún partido, según el estudio de octubre del CIEP-UCR.
Es normal que los partidos usen estas preocupaciones como herramientas discursivas para conseguir apoyo. Favorecer ideas que sean populares entre la población puede evidenciar una necesidad real, pero, en la práctica, estos discursos se convierten en meras narrativas populistas, cuando candidatos y partidos prometen ser la solución a los problemas, solo como medio para llegar al poder.
Veamos casos de la actual carrera electoral: la candidata a la presidencia Laura Fernández ha hecho bastante énfasis en el tema de la inseguridad; como una de las posibles soluciones, mencionó la suspensión de garantías individuales en el país. Fabricio Alvarado, en la misma línea, propone un “estado de excepción”, como el que se aplica en El Salvador, lo cual implica congelar ciertos derechos para resolver la crisis nacional.
¿Quiere esto decir que van a solucionar el problema? No. Rodrigo Chaves tenía retos menores en el 2022, cuando fue elegido, y en su plan de gobierno y durante la campaña hizo énfasis en la importancia que tendría la seguridad en el país. Pese a esto, durante su administración hemos sufrido la mayor cantidad de homicidios desde que se llevan registros –las autoridades pronostican que podrían llegar a 900 en el 2025– y desde otros países nos miran con mayor recelo, por las cifras de delitos relacionados con el crimen organizado.
¿Qué quiero para estas elecciones? Planes de gobierno claros, no discursos cargados de promesas; quiero que la ciudadanía no se deje influenciar por campañas, por promesas ni por presión social; quiero que lean e investiguen por su propia cuenta y que no renuncien a su sentido crítico frente a discursos fáciles que prometen soluciones inmediatas a problemas complejos.