Los números muestran cómo la inseguridad ciudadana se ha salido de control en Costa Rica. En la última semana, ha sido tan alto el número de muertes que vamos hacia la normalización de la existencia de cifras elevadas en todo el territorio nacional.
En los últimos 10 días ha habido muertes y heridos en Santa Ana, Sagrada Familia, Hatillo, Cinco Esquinas de Tibás, la Unión de Cartago, Upala y Purral de Goicoechea. Muy impresionante el caso de un menor ultimado a balazos a un costado de la Escuela Ciudadelas Unidas, en Alajuelita.
El sicariato, los homicidios y femicidios han tomado el país; incluso un menor de edad parece ser el responsable de haber matado y enterrado en el jardín a su madre. ¿Queremos vivir en un país así? ¿Estamos en un punto de inflexión y de no retorno de convertirnos en un estado tomado por la criminalidad? La respuesta es un no rotundo. Entonces, actuemos ya, urgentemente.
Hay una agenda de dos poderes de la República. Apruébenla sin dilaciones. Si bien la extradición de nacionales es un buen inicio, es insuficiente frente al flagelo y el dinero del narcotráfico y el crimen organizado. Tendamos puentes para que los proyectos legislativos y judiciales que se requieran aprobar avancen con la prioridad máxima. Si bien es importante la agenda del plan 4x3, hoy lo más urgente es la seguridad ciudadana. No queremos más jóvenes muertos ni víctimas colaterales. A las autoridades responsables les digo: recuerden que por sus acciones los juzgará la historia.
Urge un plan de acción que brinde recursos a los diferentes cuerpos policiales, más plazas, más equipos, más entrenamiento, más especialistas. Se debe renegociar la deuda pública, que se ha convertido en freno y excusa para la inacción.
El modus operandi es claro en un país que es hoy víctima de sicarios motorizados con armas de fuego.
Veamos qué han hecho en otros países. Un plan de acción focalizado mediante retenes con una base de datos robusta fue un arma poderosa en Nueva York. México y Colombia son dos naciones que han lidiado con el narcotráfico y cuentan con equipos técnicos en la materia: pidamos ayuda a los que han pasado por esto y que siempre han sido generosos en cooperar. Además, como lo comenté en esta misma columna hace un par de semanas, integremos en la lucha a la ciudadanía y la prensa.
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Nuria Marín Raventós es politóloga.