Al gobierno que prometió comerse las broncas, lo están devorando sus propios desatinos, como la carencia de un equipo capaz e integrado para cumplir sus responsabilidades.
La salida de 31 miembros en 14 meses convierte al gabinete de Rodrigo Chaves en uno de los más inestables de la historia y evidencia una falla de origen.
El equipo de la administración Chaves Robles denota la ausencia de una visión ideológica y programática construida a partir de un análisis compartido de la realidad nacional.
Recordemos que el mandatario eligió a muchos de sus ministros y presidentes ejecutivos mediante un proceso relámpago de revisión de currículos y entrevistas.
El resultado de este improvisado método de reclutamiento salta a la vista, cada vez que la presidencia confirma una nueva renuncia o destitución.
Los desencuentros con el jefe, el desgaste de algunas figuras, la falta de resultados y la inexperiencia causan que cada 13,6 días pierda un jerarca.
Solo en los últimos dos meses se registraron once salidas. Las más recientes fueron las renuncias de Jéssica Martínez y Roy Jiménez, ministra y viceministro de Vivienda, y del viceministro de Ambiente que estaba a cargo del Sinac Rafael Gutiérrez Rojas.
La desbandada genera incertidumbre y demoras en la gestión del Estado y también somete al Consejo de Gobierno a una interminable curva de aprendizaje. Además, tantos cambios perjudican el necesario seguimiento de las políticas públicas y dispersa la rendición de cuentas.
Recargar a los colaboradores de mayor confianza la función en algunos ministerios representa una cura momentánea, que podría pasar una cara factura en el futuro cercano. Asimismo, refleja que el mandatario topa con dificultades para encontrar gente que quiera tomar la brasa dejada por el jerarca saliente.
Claro está, hallar personas que se acomoden al perfil que le gusta al gobernante puede resultar complicado una vez que se conoce su estilo desabrido.
Si nos basamos en lo sucedido hasta el momento, es de prever que la bronca continuará en el gabinete y hay otros cambios en camino.
Lo anterior sería contraproducente para un gobierno urgido de empezar a mostrar resultados y, sobre todo, para un país que lleva meses esperándolos.
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El autor es jefe de información de La Nación.
