Una de mis pasiones es escuchar los discursos de graduación de universidades en Estados Unidos porque los oradores son sobresalientes. Mi preferido hasta la fecha había sido el de Steve Jobs, en Stanford, en el 2005. Pero hoy les comento sobre otro igualmente aleccionador: el de Roger Federer en Dartmouth, 2024. Sus tres lecciones del tenis. Sensacional.
La primera lección: “Los logros sin esfuerzo son un mito.” Se requiere talento, pero también largas jornadas de trabajo fuerte, disciplina, deseo de ser mejores, aprender de los errores, desarrollar un arsenal de habilidades –y hay que tener muchas, para cuando las otras fallan, porque los oponentes son diversos–. La suma de talento con determinación y tenacidad da paso a una virtud indispensable: la de creer en nosotros mismos.
Segunda lección: “Se trata de un punto”. Se puede trabajar duro y, aun así, perder. Él ganó el 80% de sus 1.256 juegos, 20 Grand Slams y tiene el récord de ocho torneos de Wimbledon. Y ¿qué les preguntó a los graduandos?: ¿Cuántos puntos creen que acerté? 54%. “La perfección es imposible”, pero te enseña que después de perder un punto, debes dejarlo ir y concentrar todas tus energías en enfocarte en el siguiente. “La energía negativa es una pérdida de tiempo. Debes desear convertirte en un maestro para sobreponerte a los malos momentos.”
Tercera lección: “La vida es mucho más grande que una cancha de tenis”. Desde joven, entendió que estaría muchas horas en una cancha, pero que sus perspectivas debían ser mucho más amplias. Disfrutar la vida, viajar, aprender culturas, entender la importancia de la familia y hacer la diferencia. A los 22 años, inspirado en el lugar de nacimiento de su madre, creó una fundación que educa a niños y jóvenes de África. Esta les ha cambiado la vida a más de tres millones de jóvenes.
Federer se “retiró” en el 2022 y, al igual que los jóvenes graduandos, está en un proceso de transición y planeamiento para el resto de su vida; esto creó una especial empatía con su audiencia. Rememoró una anécdota de un entrenador de Dartmouth que le prometió a un amigo sobre su hijo: mientras juegue fútbol, será el mejor; lo académico siempre será prioridad, pero cuando salga por estas puertas, será la mejor versión de sí mismo, a lo que Federer indicó: disfrutaré ver a esta “mi” generación adoptiva hacer la diferencia.
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Nuria Marín Raventós es politóloga.