Columnistas

Espectro nacionalista

Mi problema con el nacionalismo es su vocación excluyente y autoritaria. Al definir las fronteras del ‘nosotros’, solo dejó por fuera a ‘los otros’ y, recurrentemente, los trató con crueldad

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Nunca fui amigo del nacionalismo. Y sigo sin serlo. Entiendo la función de cohesión política que cumple al dotar de identidad común a poblaciones dispersas y desconocidas entre sí. Y su utilidad cuando, frente a amenazas reales o percibidas, las clases gobernantes, o las aspirantes a serlas, lo emplearon como revulsivo para organizar y movilizar a sociedades ocupadas en su vida cotidiana.








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