De no tomarse acciones, en enero del 2022, entrará en vigor la clasificación internacional de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud y, con ella, la definición errada de que la vejez es una enfermedad.
No solo es un yerro, supone también una contradicción en la declarada Década del Envejecimiento Saludable 2021-2030.
El envejecimiento es una condición natural y no una enfermedad «per se». Reconozco no tener conocimientos médicos, pero no los necesito para referirme al asunto, basta con ver en nuestro entorno como las personas que han superado esa edad disfrutan de una vida saludable y plena.
La decisión de la OMS es regresiva y conlleva un agravamiento de la ya existente discriminación por razones de edad. Podría dar pie a que las aseguradoras incrementen injustificadamente el costo de las pólizas o, peor aún, lo utilicen como argumento para no asegurar a los adultos mayores. Podría prestarse, además, para abusos de terceros en contra de la declaratoria de independencia y autonomía de quienes superen los 65 años.
Las personas gozamos de una mayor expectativa de vida y en la mayoría de los países el fenómeno del envejecimiento poblacional es una realidad. En el 2050 el porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará y ver gente de 80 o más no será novedad.
Me sumo al rechazo que manifestó la Universidad de Costa Rica y al pedido hecho al Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, de un cambio. Como país, debemos enfocarnos en la declaratoria de las Naciones Unidades en favor de una década, y ojalá más, a lo largo de la cual se promueva el envejecimiento saludable mediante la promoción de buenos hábitos, entre los que vale citar una dieta equilibrada, facilidades para la actividad física en espacios accesibles y seguros, y educación sobre los daños causados por el consumo de tabaco y la ingestión excesiva de alcohol.
La vejez saludable se construye a lo largo de la vida. Como país, este debe ser nuestro norte: lograr que cada persona tenga la oportunidad de vivir la mayor cantidad de años posibles activa y saludable. Debemos adoptar los valores de las culturas asiáticas, donde se respetan y estiman la experiencia y la sabiduría de los adultos.
La autora es politóloga.