
El desarrollo de talento es una prioridad y un imperativo que requiere el involucramiento de múltiples actores de forma inmediata. Las empresas son uno de ellos.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, en el mundo, 85 millones de puestos podrían quedar vacantes para el 2030 por falta de habilidades adecuadas. Entonces, la pregunta no es si debemos actuar, sino ¿cuál es el rol que las compañías deben jugar y a qué velocidad deben hacerlo? ¿Ser espectadoras o arquitectas del futuro del talento?
En Cinde, desde nuestro papel de generación de oportunidades para Costa Rica, visualizamos el desarrollo de talento como una estrategia empresarial integral y de largo plazo que busca asegurar la disponibilidad, evolución y sostenibilidad del capital humano que una organización o industria necesita para competir y crecer.
El objetivo es claro: cerrar brechas de habilidades críticas, anticipar las demandas del entorno productivo y construir equipos altamente adaptables, innovadores y alineados con la estrategia de negocio.
Las empresas ya no pueden darse el lujo de depender de talento completamente formado. Invertir estratégicamente en el desarrollo de sus colaboradores es clave para asegurar su resiliencia. Es el momento de crear talento.
Las nuevas tecnologías, las condiciones en el mundo y en nuestro mercado exigen perfiles que dominen el inglés, habilidades blandas, digitales, técnicas y socioemocionales, pero la escasez de talento es un reto global y nuestro país no escapa de ello. En Costa Rica, las brechas entre la oferta y la demanda de habilidades crecen a un ritmo que nos obliga a ocuparnos de ello ya.
Nos enorgullece contar con excelentes instituciones educativas de secundaria, técnicas y universitarias, que han venido haciendo importantes avances. Sin embargo, todavía enfrentamos una brecha entre lo que formamos y lo que se requiere. No cambiar esto pronto podría restar significativamente valor a uno de los pilares de nuestro desarrollo como país: la generación de empleos de calidad.
Según datos de Cinde, en el 2023 y el 2024 las empresas multinacionales generaron alrededor de 5.500 empleos netos anuales en el país, una cifra sensiblemente menor a los niveles alcanzados en años anteriores y que llama la atención aún más si consideramos que estamos hablando de las industrias más dinámicas de nuestro país.
Nuevo paradigma
Ciertamente, no existe una única causa que explique esta disminución. Son muchos los factores internos y externos que pueden estar limitando el aprovechamiento de las oportunidades que podemos cosechar. Debemos ocuparnos con urgencia en redoblar esfuerzos para fortalecer el talento y la creación de nuevos perfiles que nos lleven a capitalizarlas y seguir evolucionando.
El nuevo paradigma de la formación exige que a las demandadas acciones del Estado se sume estrategia empresarial de largo plazo que coloque el desarrollo del talento como prioridad.
Este llamado implica dos grandes rutas: la generación de una oferta de talento de todas las edades en la sociedad (pipeline externo) y el fortalecimiento interno de los colaboradores de las empresas mediante programas de reentrenamiento y mejora de capacidades (reskilling y upskilling).
De acuerdo con datos de la firma consultora McKinsey, aunque el 82% de los ejecutivos globales consideran que el reentrenamiento será al menos la mitad de la solución para cerrar las brechas de habilidades abiertas por la tecnología, solo un 16% afirma que sus organizaciones están muy preparadas para enfrentar estos desafíos.
Si bien existe conciencia sobre la urgencia del problema, las empresas aún no han desarrollado capacidades internas suficientes para responder de manera efectiva, lo que sugiere que la mayoría de las compañías no han pasado de la planificación a la ejecución.
Iniciativas
Considerando el llamado vehemente de involucramiento directo del sector privado, y en vista de que nuestra organización es parte de este, implementamos la iniciativa EPI Talent.
Mediante una alianza privada con la empresa costarricense BDS, se habilitó una opción de formación directa dentro de las empresas, la cual responde a los retos más urgentes que ellas enfrentan para echar a andar sus programas internos y robustecer su talento.
Se acompaña a las empresas en la cocreación de rutas de aprendizaje que conectan con necesidades reales, atendiendo las brechas de los colaboradores mediante plataformas virtuales y actividades presenciales de reforzamiento. Esta iniciativa constituye un ejemplo concreto de cómo activar procesos internos con alto impacto en el sector privado.
Otras iniciativas inspiradoras provienen de empresas globales con operaciones en el país que forman a estudiantes dentro de la propia organización mientras cursan sus carreras; además, brindan plataformas internas y externas de capacitación que integran formación en tecnologías. Otras apoyan programas de becas y pasantías.
Estos casos nos llevan a preguntarnos como líderes empresariales: ¿estamos formando el talento que necesitamos o seguimos esperando que llegue por sí solo? ¿Estamos dándoles a los costarricenses la oportunidad de reinventarse y formarse en las áreas de mayor oportunidad?
Se trata de una discusión de competitividad empresarial, de la sostenibilidad de nuestro ecosistema de inversión e, igual de importante, del crecimiento de nuestra gente.
El llamado es a cambiar el paradigma y posicionar el desarrollo del talento como una prioridad estratégica organizacional. Se trata de pasar de la intención a la acción, de articular esfuerzos y asumir el rol de arquitectos del talento que nuestras industrias y comunidades necesitan.
Solo construyendo hoy aseguramos el talento del mañana.
Marianela Urgellés es directora general de Cinde y profesional en Ingeniería Industrial con una carrera de 25 años en el sector de tecnología y servicios corporativos.