Columnistas

El discreto encanto de la indiferencia

Vivimos en un mercado de seducción, no de venta de bienes y servicios.

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No lo considero falta de originalidad. Me gusta trastocar a veces los títulos de películas fundamentales, como un homenaje a esas obras fílmicas que marcaron una senda de la conformación de mi identidad. Luis Buñuel, quien nunca abandonó su sesgo surrealista, ganó el óscar a la mejor película extranjera por El discreto encanto de la burguesía (1972), muy recomendable por lo macabramente divertido de su planteamiento.








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