Existen dos habilidades que deben desarrollarse desde la escuela: la lectoescritura y las matemáticas. Si esto no ocurre, los estudiantes seguirán fallando a lo largo de su proceso educativo. De hecho, esa es una de las causas de la elevada deserción que tenemos.
La semana anterior salió a la luz pública un importante estudio de la Universidad Nacional (UNA) que señala cómo de los estudiantes de primer ingreso en la sede central, tan solo un 14% cuenta con un nivel de comprensión de lectura adecuado; la cifra baja a 6,3% en las sedes regionales. Una se pregunta cómo aprobaron la escuela y el colegio sin esta capacidad indispensable, y si habrá una complacencia para que los niños y jóvenes avancen en el sistema sin darles las herramientas adecuadas.
No se trata solo de la materia de Español. Sin comprensión de lectura, es imposible entender las otras materias y esto, en una época en que el conocimiento cambia exponencialmente, impide a la persona alcanzar su pleno potencial.
Qué bien que las universidades se inquieten, pero la verdadera preocupación deben tenerla las autoridades del Ministerio de Educación Pública (MEP), las cuales están obligadas a aportar soluciones. Ahora entendemos por qué las anteriores autoridades se negaron a entregar los resultados de las evaluaciones.
Debo confesar que me ha gustado muchísimo la actitud del nuevo jerarca de Educación, pues logró entregar lo que se había ocultado durante tres años, la Ruta de Educación, y lo veo con esa mentalidad proactiva necesaria para hacer grandes cambios.
Señor ministro, lo insto a implementar programas de “emergencia” en todos los niveles del sistema educativo, teniendo en mente como prioridad la primaria. Con ello nos vacunaríamos contra los altos niveles de deserción y daríamos esperanza no solo a quienes tienen el privilegio de ingresar a las universidades, sino –más importante– a aquellos que integran el 80% que no lo logra y que carecerá de herramientas básicas para obtener oportunidades que le permitan acceder a empleos de calidad.
Tengamos presente que las matemáticas son prioritarias en un mundo donde las mayores oportunidades están en las áreas STEM. Advertidos estamos del “apagón educativo. No nos crucemos de brazos; demos herramientas a nuestros niños y jóvenes.
nmarin@alvarezymarin.com
Nuria Marín Raventós es politóloga.