En un nuevo intento por tapar el sol con un dedo, el presidente, Rodrigo Chaves, acusó a los medios de comunicación de presentar como una crisis la ola de homicidios en el país.
Aprovechó su show de los miércoles para lanzar una nueva diatriba en contra de la prensa, con el claro propósito de confundir a la opinión pública.
Pero ¡qué va! A pesar de los esfuerzos por encubrir las falencias del gobierno durante esta emergencia, las tragedias humanas que brotan a diario pulverizan toda maniobra ocultadora.
¿Qué pueden pensar en este momento los familiares y amigos de Clisman Bravo Martínez, luchador joven de 25 años que murió durante una balacera entre bandas narco en Siquirres de Limón? ¿Qué explicación se le puede dar a la pequeña hija de Kristel Patricia Aguilar, de 21 años, asesinada junto a su amiga Nahomy Ramírez Jiménez, de 22, en una fiesta en Limón?
Estos no son los únicos hogares que están de luto por un hecho de sangre. En los primeros 105 días del año se registraron 252 homicidios, o sea, 76 más con respecto al mismo período del 2022.
Autoridades judiciales y exjerarcas de Seguridad estiman que, de continuar la tendencia, el 2023 no solo superará las cifras del año pasado (606 crímenes), sino que alcanzará entre 800 y 900 asesinatos.
Pese a los esfuerzos de Zapote por bajar el tono al asunto y evadir su responsabilidad, la inseguridad y la delincuencia son consideradas por los costarricenses el principal problema del país.
Así lo revela la más reciente encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP), según la cual el 60 % de los consultados no creen que el gobierno pueda resolver este y otros problemas.
Lo ocurrido en los últimos días da sustento a su percepción. Una semana después de señalar a la prensa, el mandatario salió apresuradamente a presentar un plan de seguridad, ante el clamor de distintos sectores.
Fue otra salida en falso, porque, 48 horas después, Chaves tuvo que desechar la propuesta de enviar 9.500 policías a la calle, dado el malestar de los oficiales por las pésimas condiciones de trabajo.
El mandatario también fue a pie a presentar varios proyectos al Congreso días después de decir que prefiere dinamitar los puentes con la oposición. Claro, si no se los aprueban, ya tendrá a quienes culpar.
Frente al inminente riesgo de perder nuestra credencial como país de paz, ya no cabe lavarse las manos ni la demagogia, el populismo ni la improvisación. Dejen de jugar con el dolor de las personas.
rmatute@nacion.com
El autor es jefe de información de La Nación.
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El 23 de abril, Rodrigo Chaves anunció su plan de seguridad en la plaza de la Democracia y luego caminó hasta el Congreso para entregar a los diputados proyectos relacionados con el problema.