Columnistas

Cincuenta años después, la nostalgia del dictador

Las dictaduras ejercen el terror político con la complicidad de muchos. Liquidan a sus adversarios y a cualquiera que designen como enemigo en el nombre de Dios, los obreros, la patria o lo que sea

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Cuando veo esos viejos documentales sobre la quema de libros durante la Alemania nazi, me pregunto: ¿Y qué se habrán hecho esos que, sonriendo, arrojaban las obras y los otros que, curiosos, se divertían? Poco tiempo después, en las fotos sobre “la noche de los cristales rotos”, cuando miles de establecimientos de dueños judíos fueron vandalizados, ellos y sus familias apaleadas y deportadas a campos de concentración, muchedumbres contemplan esta tragedia como si nada: ¿qué se hicieron estos, los del silencio cómplice, a quienes que no movió el pelo tanta barbarie?








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