Hay presidente electo y habrá nuevo gobierno. Es esencial que el nuevo mandatario y sus colaboradores revisen incidencias de campaña para evitarlas durante el mandato
Tenemos presidente electo y tendremos nuevo gobierno. Pero, contrario a lo que dice la canción, el pasado sí interesa, y, por ello, lo ocurrido en la campaña electoral no puede pasar al cancionero del olvido, como si nada. Las incidencias —por calificarlas de alguna forma— deben quedar grabadas en piedra, para leerlas y releerlas, y para evitar volver a tropezar con ellas.
Justo ahí están los mayores retos de Rodrigo Chaves, sus diputados electos y, de seguro, su gabinete: eludir, mientras sean gobierno, los traspiés de campaña, de los cuales hay cinco muy notorios. En el proceso electoral escaseó la transparencia, abundó la contradicción, se encumbraron la arrogancia y el populismo, y se evadió la responsabilidad.
Vamos uno a uno. Con el fideicomiso Costa Rica Próspera, a través del cual se pagaron gastos de campaña, faltó transparencia porque la ley impide ese tipo de estructuras de financiamiento. También se evadió responsabilidad con respuestas como: “Si yo dije eso, fue una equivocación”,“ciertamente es un delito electoral que no he cometido” o el típico “yo no sabía”. Resulta que el hilo se corta por lo más delgado al quedar sola y como supuesta responsable una joven de apenas 24 años que más bien, según correos, acataba órdenes de sus superiores.
Contradicciones, varias, y una muy evidente es con respecto a la reforma de empleo público que Chaves impulsó como ministro de Hacienda y que como candidato tildó de “adefesio”. Populismo, también, porque se hizo creer que con un lapicero y la firma de un decreto se bajará el costo de la “canasta básica, los precios del arroz, azúcar, lácteos, electricidad y medicinas”. Está por verse en cuánto.
Como gobernantes durante los próximos cuatro años, deben interiorizar que podrán equivocarse y que dar la cara por ellos no implicará una inmolación, sino ganancia en credibilidad. Deben reflexionar para, inexorablemente, dejar de lado todo rasgo de arrogancia para conciliar y construir acuerdos funcionales en la Asamblea Legislativa y en la sociedad.
Porque lo más importante para ellos, y para todos, es dimensionar que Chaves y su equipo están de paso y que lo fundamental es la calidad de vida de los costarricenses.
amayorga@nacion.com
Rodrigo Chaves Robles, presidente electo de Costa Rica, asumirá el mando el 8 de mayo. (LUIS ACOSTA/AFP)
Ingresó a La Nación en 1986. En 1990 pasó a coordinar la sección Nacionales y en 1995 asumió una jefatura de información; desde 2010 es jefe de Redacción. Estudió en la UCR; en la U Latina obtuvo el bachillerato y en la Universidad de Barcelona, España, una maestría en Periodismo.
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