Durante varios años, muchos disfrutamos la serie española La casa de papel, una seguidilla de películas en las que un grupo orquestado por un brillante profesor logra atracar magistralmente la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y luego el Banco de España. El humor nacional encontró un paralelismo entre esta serie y lo sucedido recientemente en el Banco Nacional de Costa Rica, de donde puede que se haya sustraído de sus bóvedas de numerario unos ¢3.293 millones.
Digo “puede que se haya sustraído” porque a la fecha la entidad revisa si se trata de una discrepancia entre la información en los sistemas de cómputo con la realidad y, por ende, no sería un faltante, cosa que espero que ocurra. No obstante, de no tratarse de un problema de registro, lo sucedido es nuestra versión tragicómica deLa casa de papela la tica.
Según publicó un medio de comunicación, los jerarcas del Banco “no saben quiénes, cómo o cuándo, y tratan de calmar a sus clientes”. En una conferencia de prensa, el gerente general interino, Jaime Murillo, reconoció que no tienen todavía ninguna certeza sobre cómo pudo alguien haber extraído tal monto, “si realmente fue extraído”.
El Banco optó por lo más sencillo, al enviar a investigación a los cinco trabajadores más directamente relacionados con el manejo y custodia del efectivo, lo cual está bien, pero una desaparición con tantos intangibles, como lo reconoce el jerarca administrativo del Banco, llama a una investigación mucho más exhaustiva de lo sucedido.
El Banco Nacional es el más grande del sistema bancario nacional, y si bien el monto desaparecido es pequeño en relación con su patrimonio y activo total, y no incide en su solvencia, preocupa la incertidumbre existente en torno a la desaparición.
Hoy se trata de ¢3.000 millones, pero las debilidades reveladas que llevaron a “una desaparición de efectivo que no se sabe si realmente existió” levantan serias dudas acerca de cómo operan los controles en la institución.
Por su peso en la solidez del sistema financiero, lo que suceda en el Banco Nacional es muy preocupante. Si bien ya lo tiene el Ministerio Público, también es bueno conocer las acciones de la Superintendencia General de Entidades Financieras. Esperamos resultados.
Licenciada en Derecho de la Universidad de Costa Rica y Máster en Artes Liberales en Harvard University. Co-fundadora y Vicepresidenta del grupo empresarial "Alvarez y Marín Corporación". Mujer Empresaria del Año 2011, Premio Alborada, Programa de Desarrollo Mujer Empresaria, Cámara de Comercio. Profesora, analista y conferencista.
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