Columnistas

Buenos días: Cruzados de brazos

La intervención del PANI es urgente: el número de niños que mueren por desatención va en aumento.

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¿Intervenir el Patronato Nacional de la Infancia (PANI)? Obvio. El gobierno ha tardado demasiado en poner orden allí. Lo más urgente es invertir el enorme superávit de esa entidad (unos ¢18.000 millones, dicen los diputados) en más personal, vehículos, tecnología y oficinas, y, lo segundo, exigir más compromiso a los 1.300 funcionarios para que dejen café y silla, y salgan a la calle a velar por la protección de miles de niños en riesgo. Aclaro, no son todos. Hay muchos profesionales con vocación, pero su silencio y omisión ante la evidente negligencia de los otros es la que causa el descrédito de la institución.








Armando Mayorga

Armando Mayorga

Ingresó a La Nación en 1986. En 1990 pasó a coordinar la sección Nacionales y en 1995 asumió una jefatura de información; desde 2010 es jefe de Redacción. Estudió en la UCR; en la U Latina obtuvo el bachillerato y en la Universidad de Barcelona, España, una maestría en Periodismo.

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