El escándalo en torno a la adjudicación de 138 Ebáis de la CCSS es la cereza en el pastel de la irresponsable inestabilidad enquistada en la institución desde el inicio de la actual administración
Luego de una cadena de intentos de aparentar la existencia de un plan para cumplir la promesa de acortar las listas de espera en la Caja Costarricense de Seguro Social, el gobierno se creyó en condiciones de anunciar la solución y convocó a un acto solemne, en el Estadio Nacional, para difundir la buena nueva. Todavía se escuchaba el eco de los discursos cuando el espejismo se esfumó y apareció, en su lugar, el espectro del fracaso.
Ahora, la conmoción causada por la adjudicación del manejo de 138 Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebáis) hace abandonar toda esperanza, como si cruzáramos el dintel de la puerta del infierno descrita por Dante. No es que hubiera motivos para pensar en la proximidad de una solución. La Junta Directiva y la presidenta ejecutiva no tienen idea de la ruta a seguir, pero, ahora, ni siquiera tienen las manos sobre el timón y es tarde para depositar confianza en otros conductores.
El escándalo es la cereza en el pastel de la irresponsable inestabilidad enquistada en la institución desde el inicio de la actual administración. En poco más de dos años, 27 miembros de la Junta Directiva dejaron el cargo, aparte de los tres involucrados en la conmoción actual junto con la presidenta de la institución. La Caja muta de directivos con tanta rapidez que el caso de los Ebáis abarca a tres que fueron y ya no son.
El ritmo vertiginoso de los cambios impidió a la Directiva sesionar con el cuórum normalmente constituido cuando adjudicó los contratos a las cooperativas y la extraña sesión, celebrada un sábado, solo fue posible en virtud de la figura legal del funcionario de hecho, establecida para atender asuntos apremiantes.
El par de años transcurrido sin siquiera un asomo de solución para las largas filas de pacientes también fue escenario de dos presidencias ejecutivas y en la Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE), encargada de encontrar una salida, ya van por siete coordinadores. En promedio, una persona estrena el cargo cada trimestre.
Las siete gerencias han sido encabezadas por 15 funcionarios y la gerenta general interina está entre los imputados en el caso de los Ebáis. En esas condiciones, es difícil imaginar a alguien con la mente fija en acortar las listas. Las consecuencias son desgarradoras. La propia presidenta ejecutiva exclamó: “¡No avanzamos y la gente se está muriendo!”. Ojalá surgiera una esperanza en medio de tanto caos, pero es difícil imaginar de dónde.
Laboró en la revista Rumbo, La Nación y Al Día, del cual fue director cinco años. Regresó a La Nación en el 2002 para ocupar la jefatura de redacción. En el 2014 asumió la Edición General de GN Medios y la Dirección de La Nación. Abogado de la Universidad de Costa Rica y Máster en Periodismo por la Universidad de Columbia, en Nueva York.
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