Hace un tiempo, leí dos textos de dos hombres, quienes hacían una descripción maravillosa de Costa Rica: sus playas, montañas, cataratas, la exquisitez de su flora, la belleza de su fauna, etc., e invitaban a la gente a conocer nuestro país. Pero luego, ambas personas se expresaron de la siguiente manera: “Ah, a la capital (San José) no vayan, es lo más horrible que hemos visto”.
Uno afirmó: “Es lo más feo y desaseado que he visto. Todo muy sucio, personas tiradas en las aceras, alcohólicos, gente mal vestida pidiendo dinero”. Qué vergüenza. Estaban hablando de mi patria.
El domingo 21 de setiembre, mi esposo y yo veníamos de Santa Ana hacia Tibás. Tomamos la ruta de barrio México hacia el este. Llevábamos los vidrios del carro cerrados porque da miedo pasar por el centro de la capital.
¿Y qué hacen al respecto el gobierno y la Municipalidad de San José? Por favor, que esta nueva administración municipal junto al Gobierno Central hagan lo que corresponda para embellecer nuestra capital.
Grace Eliette Argüello, San Juan de Tibás

Hipocresía europea
Ya nos visitó un emisario europeo que anduvo con el presidente Chaves anunciando un “tren eléctrico minifalda” (José L. Valverde dixit: “solo cubre lo esencial”), para dictarnos cátedra de “los valores democráticos” que debemos practicar para que nos puedan calificar como nación confiable y con la cual suscribir tratados comerciales. “El apoyo a Ucrania” brilla en primer lugar, ¡oh, somos tan confiables!, que incluso nos apartamos de la Proclama de Neutralidad Activa y Perpetua proclamada por el presidente Luis Alberto Monge. Pero está ausente del discurso europeo la violenta represión en las calles de Berlín o Londres contra los manifestantes propalestinos, y los miles de millones de euros con que financian el genocidio de Netanyahu en Palestina. Y todo aquel que se pronuncie contra la guerra OTAN/Rusia en Ucrania es enviado al ostracismo y calificado de “agente ruso”. Estuvo ausente del discurso del procónsul europeo la represión a la libertad de prensa, negando la historia de dignidad europea frente al mundo y opacando a aquellos grandes líderes que dieron lustre a la Europa de posguerra. Así de bajo ha caído Europa. Pero falta más, porque hoy el procónsul celebra que invertirán el 5% del PIB para una guerra imaginaria contra Rusia, reduciendo la seguridad social, la salud, la educación y otros servicios esenciales de los pueblos europeos. Me recuerdan a cierto presidente que, con tal de aparentar números macroeconómicos atractivos al FMI, no ha tenido reparos en recortar en salud, seguridad, educación, infraestructura y otros programas sociales en los que se sustentó la paz social que durante algunas décadas disfrutó su país. Europa hoy da pena ajena.
Habib Succar Guzmán, Zapote
Convicción y firmeza
Se acercan las elecciones de febrero 2026 y oiremos promesas de todo tipo. ¿Votaremos esta vez por los candidatos cuyas propuestas respondan a nuestras necesidades o seguiremos con la costumbre familiar que nos lleva a elegir siempre el mismo partido político?
Pienso en mi abuela, la que nunca duda. Todas las elecciones vota por el mismo partido. Más joven, solía frustrarme su forma de pensar, pero ahora me doy cuenta de que no la puedo juzgar. Más bien, admiro la forma en la que permanece aferrada a su compromiso político. Para ella, votar no es solo marcar una papeleta, sino cumplir con un deber cívico al que acude con convicción.
También reconozco la firmeza con que defiende sus ideales. Y esto me recuerda que, más allá de las diferencias, el acto de votar también es un reflejo de los valores que cada quien desea mantener.
Allison Alvarado Quirós, Venecia de San Carlos
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