Con los tiempos de espera en la CCSS, acudir a servicios médicos privados se ha vuelto muchas veces la única forma de atenderse la salud de forma rápida. Por ello, la medicina privada no es un privilegio, sino un gran sacrificio económico para aliviar males que el sistema de salud público tardaría mucho tiempo en resolver.
Sin embargo, me permito hacer un llamado a los hospitales privados para que tengan un poco de consideración con los pacientes en términos de la accesibilidad a sus servicios.
Lo digo basado en un par de experiencias personales. Hace unos meses, un médico no me quiso extender una receta para un antibiótico sin antes pedirme que me hiciera tres exámenes, más el costo de la consulta. Y, ante un cuadro de amigdalitis, la doctora –que, al parecer, nunca había visto unas glándulas infectadas– envió el caso a interconsulta con un otorrinolaringólogo y este mandó un tratamiento de ¢400.000 (más otros ¢400.000 por los servicios brindados ese día).
El paciente siente, con toda razón, que está siendo depredado o visto como un cheque en blanco. Todos tenemos que ganar; eso se entiende, pero que sea de manera racional y priorizando la accesibilidad y el derecho a la salud del paciente.
Mario A. Sánchez Gómez, Talamanca, Limón
Colchones Jirón
Como clientes de Colchones Jirón, hemos adquirido cuatro colchones en los últimos años, dos de ellos en el 2020, los cuales contaban con 15 años de garantía. Ahora, en junio 2025, he solicitado que se nos brinde servicio de reparación de uno de los colchones por un hundimiento, pero me indicaron que ya no aplica esa garantía porque la empresa cambió de dueños, aunque utiliza la misma marca. Resulta toda una decepción la forma en que se manejan los derechos de los clientes en esta empresa. No recomiendo comprar en Colchones Jirón.
Diorella Sáenz Fernández, Granadilla de Curridabat
Felicitación
Felicito a la Municipalidad de Turrialba por sus iniciativas recientes, ya que reflejan un compromiso genuino con el desarrollo y el bienestar del cantón.
La invitación a inversionistas del sector cinematográfico a considerar Turrialba como sede para la instalación de un cine es una visión audaz y esperanzadora; no solo impulsaría la economía local, sino que también fortalecería la vida cultural de la comunidad.
Asimismo, el proyecto para crear un centro de videovigilancia y una sala situacional, con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos, es una excelente noticia en materia de seguridad ciudadana. Acciones como estas demuestran que cuando hay voluntad, planificación y amor por la comunidad, es posible avanzar hacia un cantón más seguro, moderno y con oportunidades para el desarrollo económico.
Sharlyn Gutiérrez, Turrialba
Anhelo de paz
Aunque nunca fui soldado ni he vivido una guerra, me lamento por quienes nacen entre escombros, por las madres que amamantan a sus críos en medio de detonaciones de explosivos y por los ancianos que, a sus 80 años, deben emigrar a otros pueblos arrastrando sus pocas pertenencias.
Lamento la ambición de los poderosos que hacen de la guerra un negocio y me asombro de que las grandes potencias inviertan millones en armas, mientras el mundo se muere de hambre.
¿Por qué estas potencias conquistan planetas y estrellas, pero no pueden trabajar para evitar el flagelo de la guerra y la injusticia? ¿Por qué persisten las divisiones entre seres humanos, dictadores y oprimidos, ricos y pobres?
Admiro a los países que viven en paz, priorizan la educación, el desarme y la justicia entre sus habitantes. Sueño con el fin de las guerras y el renacer de la paz en todo el mundo.
Gonzalo Zumbado Zumbado, La Asunción de Belén
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