Allá por el año 2004, con el cuento de que iban a ayudar, la Asociación Deportiva Guanacasteca (ADG) fue entregada a italianos que supuestamente se habían presentado al equipo para sacarlo de la crisis económica que pasaba. Una vez logrado el propósito, y sin ligamen con la zona, la franquicia fue vendida y convertida en Brujas, un equipo de San José. La comunidad guanacasteca, y específicamente la nicoyana, fue burlada. Todo lo anterior, por mala gestión administrativa o intereses de otro tipo.
En este momento vuelve la ADG con un problema, tal vez peor, porque podría desaparecer del todo. ¿Cómo es posible que la dirigencia haga movimientos recibiendo dineros de afuera, tratando de desviar su composición, y no los presente ante las autoridades federativas que rigen el fútbol nacional?
Vuelve la comunidad nicoyana a sufrir otro tropiezo. Tanto esfuerzo en formar el equipo para que llegara a Primera División, para que la dirigencia nuevamente destruya las ilusiones del disfrute. Los entes federativos deben castigar de por vida a los dirigentes por prestarse a estos movimientos, pero no se le debe quitar este derecho al pueblo, representado por la ADG.
Víctor Manuel Guevara Ramírez, San Francisco de Dos Ríos
Muerte a bordo
Por motivos laborales estuve de gira en el cantón de Acosta y fui testigo del fallecimiento de un joven menor de edad en motocicleta, alumno del CTP de Acosta. Más tarde comprobé que una gran cantidad de alumnos de ese colegio viajan en moto a escape libre, sin casco y conduciendo temerariamente. Conté más de 70 motocicletas parqueadas fuera del centro educativo. No se trata de limitarles el libre traslado, sino de quién controla el escándalo, el abuso en las calles y la alteración del orden y la salud pública, sobre todo en muchachos inmaduros que aún no controlan los conceptos de prudencia, empatía y responsabilidad.
Derry Peñaranda Chaverri, San Pablo de Heredia
Privatización de Internet
La política de privatización de los servicios básicos de Internet es discriminatoria y riesgosa. No todos tenemos trabajos para disponer de capital suficiente para usar una tarjeta de débito, y no podemos confiar nuestros datos bancarios a empresas desconocidas. ¿Cómo es posible que para utilizar una simple foto, dibujar o ver una película que no está disponible en la plataforma que podemos pagar tengamos que correr para buscar un empleo?; esto último, usualmente apremiante cuando no hay comida.
Pero ese no es el único problema que últimamente nos está generando Internet: las actualizaciones, dizque para mejorar los servicios y dejar satisfechos a los usuarios, lo que hacen es desconfigurar los aparatos y que los algoritmos decidan sobre nosotros mismos. En Internet, no veo por ninguna parte la libertad ni los derechos de los ciudadanos.
Rodnny Hayden Cordero, Mata Redonda
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