Ser madre, estudiante y trabajadora es una tarea que exige más de lo que muchas veces se reconoce. Combinar lactancia, estudio y responsabilidades laborales requiere apoyo, empatía y comprensión. Pero, en mi caso, lo que encontré fue lo contrario: indiferencia, desconsideración y silencio.
En los primeros meses después del parto, intenté retomar mi rutina con compromiso. Quería cumplir con mis deberes, mantener el ritmo, demostrar que podía hacerlo todo. Pero en ese esfuerzo, olvidé que también tenía derecho a ser tratada con respeto.
Pedí un espacio adecuado para extraer la leche materna. Lo hice con respeto, convencida de que la institución lo entendería. No lo hizo. En vez de empatía, recibí interrupciones, gritos y burlas.
Decidí denunciar, pero el proceso fue aún más doloroso que el hecho en sí. La institución no hizo nada. No hubo investigación, ni disculpa, ni cambio. Solo silencio y una invitación a que me fuera, porque a quienes denunciaba tenían “demasiado poder” en la institución. Ese es el reto que vivimos muchas: el de hablar y no ser escuchadas; el de confiar en los mecanismos institucionales y descubrir que, a veces, son solo formas vacías de protección. Sin embargo, aprendí que incluso cuando una institución no escucha, hablar sigue siendo un acto de dignidad.
Tania Rojas Villalobos, Mercedes Sur de Heredia
Salida Tibás-Santo Domingo
Coincido con lo expuesto por el señor Gustavo Adolfo Salazar (Cartas 18/10/2025). Quienes respetamos las reglas de tránsito duramos mil veces más tiempo para salir de Tibás por culpa del montón de irrespetuosos descarados que se apropiaron del carril exclusivo para buses y ya ni se sonrojan. Sé que hay escasez de oficiales de Tránsito, pero ojalá logren designar alguno para ese punto entre 4 y 6 p. m. Haría parte tras parte, sin pausa, dinero que podría utilizarse para mejorar la vigilancia con más tráficos.
Victoria Meza, Santo Domingo de Heredia
Estadio sin mantenimiento
Hace poco se anunció el patrocinio del INS para el Estadio Nacional durante los próximos tres años, con el cambio de nombre de nuestra joyita deportiva por INS Estadio. Ojalá que la aseguradora de verdad invierta en el mantenimiento de ese inmueble, tan dejado de la mano desde que cambió de administración.
Recientemente, acudí con familiares a un partido de fútbol, y me impresionó el estado de deterioro y franco abandono de las instalaciones sanitarias, por ejemplo. Los lavatorios tienen grifos inservibles.
De inmediato, pensé en el problema endémico de nuestra idiosincrasia: que abandonamos a su suerte el mantenimiento de obras que en su estreno nos llenan de alegría. Para ejemplo, los ascensores de los puentes elevados, la terminal del tren en las inmediaciones del mall Oxígeno en Heredia, y una lista interminable.
Ojalá que el INS y la Administración del Estadio cumplan con la nueva oferta de mantenimiento. Eso, sumado a la nada despreciable suma que se cobra por alquiler del inmueble para conciertos y eventos deportivos, han de permitir preservarlo por mucho tiempo.
Mario Alberto Villalobos Gómez, Heredia
Gustos musicales
Hace unos días salió publicada en “Viva” de La Nación una nota que ubicaba al reguetonero Bad Bunny como el artista más importante de este año. Yo no entiendo en qué cabeza cabe considerar el reguetón –que no es más que contaminación sónica– como “música”. Todos los días se ven publicaciones de personas que uno no conoce y que son idolatradas solo por ser intérpretes de ese género (que incluso se está metiendo en los anuncios).
Ahora, si nos vamos al otro extremo, encontramos a personas que se quedaron anquilosadas en una época. Esto ha llevado a que artistas que ya son adultos mayores se vean obligados a hacer extenuantes giras mundiales para complacer a un público que no quiere actualizarse.
Existe música actual de muy buena calidad como la de Lady Gaga, Tate McRae, Benson Boone y Sabrina Carpenter, que no es suficientemente apreciada.
Rodnny Hayden Cordero, Mata Redonda
Trato de ayuda mutua
El Estadio Nacional de Costa Rica ha cambiado oficialmente su nombre por un patrocinio. A partir del pasado 13 de octubre, es INS Estadio. Para celebrarlo, la Selección ganó ahí un importante paso hacia el Mundial.
El cambio se hizo mediante un contrato de derechos de denominación con el Instituto Nacional de Seguros (INS), que durará tres años, hasta 2028. Durante ese periodo, le donará $1.400.000. El objetivo es fortalecer los recursos para mantenimiento, mejoras de infraestructura (iluminación, pista de atletismo, techo) sin perder el carácter público ni cultural del estadio. Es un buen trato de ayuda mutua. En el futuro, podrán participar otras instituciones como INA, ICE, TSE.
Jaime Morera Monge, Alajuela
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