El 14 de noviembre funcionarios administrativos de la Universidad de Costa Rica cortaron muchas ramas de los árboles en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio y, sin ningún tipo de consideración ni respeto por la naturaleza, tiraron al suelo una enorme cantidad de epífitas que tenían derecho a seguir su existencia donde estaban.
Bellas y maduras orquídeas, bromelias, musgos, líquenes y helechos fueron eliminados de su hábitat con maquinaria pesada sin que el encargado de la destrucción apareciera por ningún lado. Vanos fueron mis intentos de salvar las epífitas, pues ni siquiera el rector me devolvió dos llamadas y un mensaje, tampoco personal de seguridad y tránsito.
Un ejemplo más del manejo de la biodiversidad en la institución, basado en criterios administrativos y no de biología de la conservación.
Está ausente la arquitectura paisajista en la Oficina de Servicios Generales, sin mencionar la contaminación sónica constante y estresante (y sin medir) en la Ciudad de la Investigación, el irrespeto a las áreas de protección cerca de la quebrada y la contaminación lumínica por las nuevas construcciones.
Una institución líder en investigación y generación del conocimiento avanza paralela a una monstruosa burocracia que parece no tener freno. El campus podría ser un ejemplo verde, mas parece un desierto de especies exóticas y un gran generador de gases de efecto invernadero, debido a la innecesaria y dañina tala constante de las herbáceas con equipo que utiliza combustibles fósiles.
Carmen Rojas González, San Pedro de Montes de Oca
Solo los mejores
Me causa profundo malestar e indignación el mecanismo de ingreso puesto en funcionamiento por el Instituto Tecnológico de Costa Rica. Castigar el esfuerzo, la dedicación y la excelencia no es manera de hacer un sistema educativo equitativo y accesible.
Espero que las autoridades educativas, padres de familia y estudiantes procedan legalmente y no permitan que este absurdo continúe.
Debe realizarse una nueva selección, que ingresen los mejores, provengan de donde provengan, con el mecanismo actual solo se pretende perpetuar la cultura del pobrecitico que tanto daño hace al país.
Beatriz Muñoz Ramírez, San José
Falla en Internet
Hace cuatro días quedé sin servicio de Internet, he llamado infinidad de veces a Telecable para reportar mi problema y cada vez que me atienden me dan motivos diferentes; además, no mandan un técnico a verificar qué es lo que pasa, y para que contesten uno debe esperar mucho tiempo.
Jackeline Cuadra Bejarano, Alajuelita
Paralelismos
Escudriñando en la historia de la independencia Centroamericana, encontré en la página en Internet de Enrique Bolaños, en una entrada titulada «La independencia de Nicaragua», algunas cosas curiosas que coinciden con la realidad actual.
Manuel Antonio de la Cerda, en su excesivo celo por establecer el orden en Nicaragua, promulgó un decreto mediante el cual prohibió bailes, paseos, músicas, cantos a deshoras, dar hospedaje a pasajeros desconocidos, transitar por caminos y poblados sin permiso del juez, pedir limosna y, a los hombres, pararse en las esquinas de las calles y en los caminos por donde las mujeres pasaban con el agua, etc. El edicto se promulgó en 1825, pero creo que con algunos cambios sería comparable con las medidas sanitarias adoptadas para combatir la epidemia de covid-19, solo faltaron las mascarillas.
Francisco J. Pereira Salas, Sarapiquí
Zonas excluidas
Me llamó poderosamente la atención la noticia sobre la posibilidad de que los ciudadanos podamos reportar el mal estado de algunas carreteras porque excluye, como casi siempre, a los habitantes de las zonas más vulnerables, fuera del área metropolitana, como Upala y La Cruz, que esperan desde hace 30 años el pavimento de 19 kilómetros entre Birmania y Santa Cecilia.
Para colmo de males, sin explicación alguna, la empresa que daba mantenimiento a los 32 kilómetros pavimentados dejó los últimos seis sin terminar el trabajo y nadie interviene para que cumpla su deber.
Huberth Fernández Morales, Guanacaste
Asunto resuelto
El 19 de noviembre publiqué una carta por un daño en una pulsera. La tienda Pandora resolvió favorablemente el problema. Me dio una nueva.
Gabriela Hernández Gutiérrez, barrio México
Da gracias
Estoy profundamente agradecido con el Departamento de Cirugía General del hospital Calderón Guardia, especialmente con la Dra. María José Arguedas por la atención brindada durante las dos cirugías a la que fui sometido en agosto y setiembre. Además, recibí estupendos cuidados en la sala de recuperación, donde tuve que permanecer gran parte del tiempo de mi hospitalización a causa de complicaciones que se me presentaron.
A todos mi eterno agradecimiento por la forma como me trataron y porque siempre procuraron dar lo mejor de ustedes a pesar de las circunstancias.
Isaac Carmona Álvarez, La Unión de Cartago