Durante los primeros tres meses de la pandemia, Kölbi aumentó sin costo, la velocidad del internet de fibra óptica hogar, para que esta fuera simétrica, es decir, 50/50 y 100/100, etcétera. Durante este tiempo, disfruté al máximo la velocidad de subida. Pasado el tiempo, eliminaron la promoción. De inmediato, llamé a contratar esa velocidad y mi sorpresa es que no la ofrecen para hogar, solo para Kölbi Empresarial y con costos mensuales, superiores a los $800. Tarifas impagables para la mayoría de los hogares.
Señores de Kölbi, por favor, ofrezcan mayores velocidades de subida en sus paquetes, no todos somos consumidores, muchos producimos material que debemos subir a internet. La competencia de empresas como Telecable, Metrocom y AmericanData los está dejando atrás con los paquetes de internet simétrico para el hogar. Esto es una necesidad, esto es una realidad, por favor actúen.
Marco Antonio Monge Vílchez
San Pablo, Heredia
El bien común
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A lo largo de la historia, filósofos, teólogos y legisladores dieron forma al concepto del bien común, que está por encima del bien individual. Es función del Estado promoverlo y defenderlo, para beneficio de todos, con la participación solidaria del ciudadano.
El coronavirus ha hecho pegar un salto olímpico a las cifras de contagios y defunciones. Escuchamos el clamor de los científicos y las voces angustiadas de quienes trabajan en la primera línea de atención de pacientes; los testimonios abundan y conmueven. No pueden descansar ni desmayar, aunque se agoten las camas y escaseen los suministros.
El virus aumenta su capacidad de mutar cuanto más se extiende, pues «necesita huéspedes para reproducirse e iniciar su carrera expansiva y destructora». Las personas antivacunas, quienes promocionan o asisten a eventos clandestinos y/o incumplen lineamientos sanitarios, están oponiéndose al bien común y pueden convertirse en responsables de enviar a una Unidad de Cuidados Intensivos a un familiar, un amigo o a una persona desconocida.
Varios países solicitan pruebas de antígenos o de vacunación para ingresar a instituciones, restaurantes y teatros. A veces las mismas empresas toman la iniciativa. Tal vez llegó el momento de imitarlos.
Silvia Gagneten Barbetta
Rohrmoser, San José
200 años de historia
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Nuestra patria cumple 200 años de historia. Es mayor que cualquiera de nosotros, ¿verdad? Dejemos de manejarla a nuestro antojo, de estrujarla, destruirla y asaltarla. Ella sabe mejor que nadie lo que necesita. Oigamos el sonido de su voz. Permitamos que se manifieste y resurja con el orgullo y dignidad.
Somos sus hijos y debemos respetar su esencia, su naturaleza desbordante, dos mares, selvas, montañas, planicies, ríos, playas y volcanes.
Gente sencilla y trabajadora, que supo hacer crecer su patrimonio con la humildad y la inteligencia de sus mentes lúcidas y limpias de engaños.
Gracias a la lucha incansable de nuestros antepasados, logramos llegar a lo que somos y estamos a punto de perder, sino escuchamos la voz de Costa Rica, nuestra madre patria.
Adelante costarricenses honestos y preparados, tenemos una joya que cuidar y es ya.
María Elena Pozuelo Pagés
Escazú, San José
Por los siglos de los siglos
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Somos un grupo grande de costarricenses, pensantes, que nos preocupa el deterioro de nuestro sistema. Ahora el negocio es reelegirse y quedar en el puesto por los siglos de los siglos. No es posible.
Totalmente de acuerdo con lo escrito por Jorge E. Varela Solís, de Moravia, el miércoles 15 septiembre, en Cartas a la columna. Ya cansa tanta corrupción y siempre más de lo mismo.
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