Para nadie es un secreto que en el país hay un déficit enorme de vivienda, y da tristeza ver la construcción de casas de bien social.
Terminan los proyectos habitacionales y luego pasan muchos años porque están listos y no los entregan. A los desarrolladores no les importa si al que le asignaron la vivienda sigue pagando alquiler, y usualmente este tiene que conseguir dinero para pagar los gastos.
En Carrillo hay dos proyectos, en Sardinal, de unas 100 casas, terminado hará dos años, y en Belén, de 240, concluido seis meses atrás. Dicen que es responsabilidad de la municipalidad, aunque creo que es más bien del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo.
No hay fiscalización y es dinero que salió de los bolsillos de los costarricenses.
Henry Martínez Gallo, Guanacaste
Pacientes seguros
El jueves 17 de setiembre es el Día Mundial de la Seguridad de los Pacientes. Este año será una conmemoración en plena crisis sanitaria mundial generada por la pandemia del SARS-CoV-2, que lleva bastantes meses sin esperanza de resolverse.
El virus ya registra un gran costo en vidas y un desgaste tanto social como económico para los países y sus sistemas de salud.
Los centros de atención, y especialmente los hospitales, deberán funcionar bajo condiciones particularmente estresantes durante muchos meses más, lo que afecta tanto a los trabajadores como a los pacientes. La seguridad de los pacientes se vuelve un imperativo fundamental. Es imprescindible que los gobiernos y la sociedad en general apoyen y reconozcan el esfuerzo y sacrificio personales que significan para el personal de Salud, en su batalla desigual por contener el contagio y brindar atención segura a los enfermos de este y otros padecimientos, pues las enfermedades crónicas y el trauma, por ejemplo, no dejan de ocurrir.
Este 17 de setiembre quienes deseen solidarizarse pueden vestir prendas anaranjadas (color oficial de la seguridad del paciente según la OMS) y decorar sus casas, oficinas y comunidades con alusiones de apoyo a la labor abnegada y muy riesgosa que se desempeña en cada centro de atención.
Robinson Rodríguez Herrera, San Pedro de Montes de Oca
Menos impuestos
Una manera de reactivar la economía es mediante la disminución del 10 % de los impuestos a las empresas, pero que el porcentaje se reparta entre los trabajadores. El gobierno captaría igual más tributos en otros rubros, como el impuesto sobre el valor agregado.
Steven Nisman Buksztajn, San José
Cuidar el patrimonio
Quedé estupefacta al ver mancillado el hermosísimo edificio del antiguo cine y soda Palace, uno de los íconos de la arquitectura costarricense.
“Vandalizar” la fachada de una artística construcción art déco, diseñada y construida en la década de los 30 por el gran arquitecto alemán Paul Ehrenberg no tiene perdón. Me pregunto por qué la Municipalidad de San José permitió semejante desafuero de tan pésimo gusto. Tristemente, en vez de mejorar San José, algunos se empecinan, por intereses mercantiles, en establecer el mal gusto y la chabacanería.
Marta Gómez Cortés, Pozos de Santa Ana
Gobierno débil
Cómo entender el comportamiento de este gobierno. Por un lado, insta a la población a que apoye el turismo, pero, por otro, con su complacencia y debilidad permite los bloqueos que impiden tanto el retorno como la ida a los lugares vacacionales, convirtiendo lo que en principio debía ser una actividad solidaria en una pesadilla, al tener que tomar rutas alternas que obligaron a viajar más distancia e invertir más tiempo o tener que esperar a que los coligalleros abrieran el paso según sus deseos.
Mostrar debilidad y complacencia no traerá ningún rédito al gobierno, solo seguirá sembrando más inseguridad y temor a la población en detrimento de la recuperación de nuestra maltrecha economía.
Ronald Cubero Rodríguez, San José
Mensaje directo
“Costa Rica trabaja y se cuida” es el lema del gobierno en setiembre para una apertura controlada. En vista del aumento insostenible de contagiados de covid-19, nos hace un llamamiento a cuidarnos y a depositar la responsabilidad entera en nosotros mismos. La excitativa es para cumplir con todas las medidas antes de salir de la casa a realizar actividades rutinarias.
El mensaje debe ser directo para el público más antagónico y exigirle más responsabilidad dado el creciente número de infectados, hospitalizados, en cuidados intensivos y fallecidos.
La mayor transmisión se produce debido a las aglomeraciones, fiestas clandestinas y desobediencia social.
José Rugama Hernández, San José