
El empresario Rodolfo Jiménez Borbón falleció la noche de este domingo 2 de marzo, a los 86 años, según confirmaron a La Nación fuentes cercanas a su familia.
Jiménez fue un empresario connotado que dejó huella en una multitud de sectores, incluyendo el café, las bebidas, la comunicación y la cultura.
A lo largo de su carrera, ocupó posiciones de liderazgo en diversas compañías. Fue presidente de Florida Ice & Farm (Fifco), gran conocedor del negocio del café y la caña, y uno de los dos responsables de instalar en Costa Rica la primera sede de McDonald’s fuera de Estados Unidos y Canadá. Además, su sobrenombre bautizó las reconocidas heladerías Pops, que cofundó junto a su amigo y socio de toda la vida, Carlos Lachner; entre muchos otros logros empresariales y sociales.
Uno de sus hitos más icónicos cambió para siempre el norte de San José: la transformación de la Penitenciaría en el Museo de los Niños, entre 1993 y 1994, acompañando a la entonces primera dama de la República, Gloria Bejarano de Calderón.
Como presidente de Fifco incursionó al mercado internacional —primero en Guatemala—, procuró maximizar el impacto social y ambiental de la cervecería, y también apoyó el surgimiento de liderazgos de mujeres.
Más allá de sus éxitos en el sector empresarial, Jiménez Borbón fue conocido como una persona cariñosa, solidaria, afable y respetuosa.
En 1959, don Rodolfo contrajo matrimonio con Olga Solera Fernández. Le sobreviven su viuda; dos hijos, Jaime y Rodolfo, y una hija, Giovanna.
Apasionado del café y la agricultura
Rodolfo Jiménez sentía una enorme pasión por la agricultura y el sector cafetalero, motivo por el cual visitaba todas las semanas la Hacienda Juan Viñas, en Cartago, donde su familia tenía participación accionaria y de la cual llegó a ser director.
En el sector cafetalero, Jiménez fue reconocido por su visión de largo plazo, ya que impulsaba la investigación y la modernización de la agricultura.
Tal dedicación al grano de oro provocó que, en el 2017, Jiménez Borbón recibiera la Medalla al Mérito Cafetalero, entregada por el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé).
El empresario afirmó en aquella ocasión que recibía el premio “con un gran sentimiento de gratitud”.
Jiménez creció rodeado de fincas de café y desarrolló su juventud administrando este cultivo y luego, como empresario, liderando diversos negocios con gran éxito en la producción, beneficiado, exportación y tueste del grano.
Manuel Francisco Jiménez Ortiz, abuelo de Rodolfo Jiménez Borbón, fue uno de los fundadores del Instituto de la Defensa del Café, que luego pasaría a llamarse Icafé. Así, su familia acumula una tradición de más de cien años en todas las ramas del otrora principal producto de exportación costarricense.