
Acompañar a un adulto mayor es un trabajo valioso, pero muchos cuidadores olvidan cuidar de sí mismos, y eso afecta tanto su salud como la calidad del apoyo que ofrecen, y por ende, el bienestar del adulto mayor. Un especialista en Geriatría comparte ocho claves para comunicarse mejor con los adultos mayores y proteger el bienestar de ambos.
Lo que debe saber:
- Cuidar a un adulto mayor requiere paciencia, respeto y adaptación a sus necesidades físicas y emocionales.
- Mantener su propio bienestar es fundamental para ofrecer un cuidado de calidad.
- La comunicación empática y centrada en la persona fortalece el vínculo y reduce conductas reactivas.
La sobrecarga física y emocional, conductas complejas, impacto financiero, entre otros aspectos, son algunos de los retos que enfrentan los cuidadores de adultos mayores.
Sin embargo, es importante recordar que la comunicación puede marcar la diferencia entre un ambiente tenso y uno lleno de respeto y comprensión.
Por eso, Diego Fallas, especialista en Geriatría y Gerontología del Centro Médico Gravilias y parte de la red médica Medismart, explica cómo se puede mejorar la comunicación entre el adulto mayor y su cuidador, creando un ambiente más saludable y optimizando la calidad del cuidado.
1. Cree un ambiente idóneo para la conversación
- Busque un lugar tranquilo, con buena iluminación y sin distracciones.
- Siéntese a la altura del adulto mayor y mantenga contacto visual.
- Use apoyos si son necesarios: anteojos, audífonos, notas grandes o pictogramas.
2. Hable con claridad y paciencia
- Use frases cortas y hable despacio, una idea a la vez.
- Deje tiempo para que el adulto mayor responda y confirme que entendió lo que usted le dijo.
- Enfoque la conversación en los valores y preferencias del adulto mayor.
Si repite información o no recuerda algo:
- Valide primero sus emociones: “Entiendo que esto le preocupa”.
- Evite discutir o corregir, en lugar de eso, redirija suavemente la conversación a otra actividad o un tema familiar.
- Mantenga rutinas predecibles para necesidades básicas (alimentación, higiene, descanso).
“Se debe tener claro que los problemas de memoria no son normales en el envejecimiento y ante estos síntomas se debe consultar con un médico especialista en Geriatría lo antes posible“, enfatizó Fallas.
3. Evite frases y actitudes que dañen la relación
- Infantilizar o mostrar desprecio por la edad.
- Apresurar, interrogar o contradecir repetidamente.
- Minimizar emociones o experiencias del adulto mayor.
4. Organícese para manejar la sobrecarga
- Planifique las tareas y coordine citas médicas y medicación.
- Identifique apoyos: familia, amigos o servicios comunitarios.
- Establezca rutinas para reducir el estrés y el cansancio.

5. Adáptese a conductas complejas
- Con paciencia, maneje agitación, repetición o apatía, especialmente en pacientes con demencia.
- Mantenga un entorno seguro y predecible.
- Redirija actividades y refuerce conductas positivas con calma y comprensión.
6. Haga que el adulto mayor se sienta escuchado
- Practique la escucha activa: parafrasee, haga preguntas abiertas y tome decisiones compartidas.
- Use objetos o fotos que despierten recuerdos y emociones positivas.
- Respete la forma en que el adulto mayor desea que se le llame.
Importante: Si un adulto mayor presenta cambios afectivos (tristeza, irritabilidad, ansiedad, aislamiento) conductuales (agitación, deambulación, alteraciones del sueño o apetito) y señales de maltrato (hematomas inexplicables, retraimiento, tensión con el cuidador, mala higiene), significa que más allá del cuidado físico, necesita apoyo psicológico y emocional.
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7. Paciencia, tono de voz y equilibrio entre autonomía y cuidado
- Mantenga un tono calmado y pausado para reducir la ansiedad y mejorar la comprensión.
- Apoye sus decisiones siempre que sea posible.
- Si no puede decidir, involucre a un familiar y documente decisiones importantes.
- En demencias, incluir a cuidadores y ajustar riesgos (ejemplo en cocina o finanzas) con el menor grado de restricción posible.
8. Cuide su propio bienestar
- Reconozca la sobrecarga: fatiga, irritabilidad, ánimo bajo.
- Practique el autocuidado: sueño adecuado, alimentación balanceada, ejercicio, tiempo personal y ocio.
- Apóyese en redes de ayuda: familia, amigos o grupos de cuidadores.
“Buscar ayuda profesional ante ansiedad/depresión o ideas autolesivas. Los cuidadores tienen mayor riesgo”, concluye Fallas.