
Recuperar el sueño y dormir bien es una necesidad que sostiene el equilibrio físico y mental, pero en los últimos años se convirtió en un reto para miles de personas. El estrés, el uso prolongado de pantallas y los horarios irregulares alteran el descanso, lo que lleva a buscar soluciones rápidas en pastillas o suplementos. Sin embargo, los especialistas advierten que el sueño natural se recupera fortaleciendo los hábitos, no con el uso de químicos.
Lo que debe saber:
- Las ayudas para dormir solo funcionan a corto plazo y deben usarse bajo supervisión médica.
- El consumo excesivo de suplementos puede alterar el ritmo natural del sueño y causar efectos secundarios.
- La higiene del sueño, basada en hábitos saludables, es la forma más efectiva y segura de descansar bien.
El neurólogo Carlos Sequeira, de la Clínica Pro Age y parte de la red médica Medismart, explicó que el cuerpo regula el descanso a través del ritmo circadiano, un reloj interno que indica cuándo estar despierto y cuándo dormir. La exposición a la luz, la alimentación y la rutina diaria influyen directamente en ese mecanismo.
Cuando ese ritmo se altera, las personas pueden experimentar insomnio, despertares nocturnos o un sueño poco reparador. En esos casos, algunos recurren a suplementos o fármacos que inducen el sueño, pero el especialista advirtió que su uso prolongado no resuelve el origen del problema.
Cuándo las ayudas pueden ser útiles
Sequeira señaló que las ayudas para dormir, como la melatonina, pueden ser de apoyo temporal en casos de insomnio leve o trastornos del ritmo biológico, por ejemplo, cuando se produce un cambio brusco de horario (jet lag) o se trabaja en turnos nocturnos.
- En estos casos, las dosis deben ser bajas y administradas bajo supervisión médica.
- Superar las recomendaciones o consumirlas sin control puede generar efectos indeseados y alterar aún más los ciclos naturales del sueño.
El especialista recalcó que no se aconseja su uso en niños ni adultos mayores, ya que no existen estudios concluyentes sobre su seguridad a largo plazo.

Efectos secundarios del uso inadecuado
El consumo de suplementos para dormir puede provocar sueños vívidos, despertares nocturnos, somnolencia diurna e incluso alteraciones del sistema inmune.
Su abuso o consumo sin guía médica puede modificar el equilibrio del cuerpo y reducir la capacidad natural para conciliar el sueño.
“No es tan correcto pensar de que como es algo que el mismo cuerpo produce, no hay ningún riesgo en usarlo“, agregó Sequeira.
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El poder de los hábitos saludables: dormir bien sin depender de nada
El especialista explica que la clave para dormir bien está en la higiene del sueño, un conjunto de prácticas que favorecen el descanso profundo. Entre las más efectivas se encuentran:
- Dormir en una habitación oscura, silenciosa y sin pantallas.
- Evitar comidas pesadas o ejercicio intenso antes de acostarse.
- No permanecer en la cama más de 20 minutos si no logra dormirse.
- Mantener horarios regulares para dormir y despertar.
- Reducir el consumo de cafeína y alcohol durante la tarde y la noche.
Estos hábitos ayudan a estabilizar el ritmo circadiano y permiten que el cuerpo recupere su capacidad natural para descansar.
El neurólogo recuerda que los suplementos o pastillas deben considerarse una herramienta temporal, no una solución permanente. El sueño natural se reconstruye con disciplina, constancia y una rutina que respete los tiempos del cuerpo.
