La vacuna contra el virus sincitial respiratorio (VSR) que recibirán las embarazadas para proteger a sus bebés ya llegó a Costa Rica. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) confirmó que las primeras 20.000 dosis llegaron a suelo costarricense el jueves 24 de abril y en este momento se encuentran en proceso de control de calidad.
Según indicó la Gerencia de Logística de la institución, se espera estén listas para distribuirlas el próximo 12 de mayo.
Una vez que este proceso termine, las mujeres entre las 32 y 36 semanas de gestación podrán recibirla en su consulta prenatal. A quienes reciban atención de salud privada, se les invitará a acercarse a su Ebáis para recibirla.
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Con este producto, la madre protegerá a su bebé de uno de los virus más letales en los primeros dos años de vida (y especialmente en el primer semestre).
Esta llegada se da cinco meses después del anuncio de las autoridades de gobierno. Costa Rica será de los primeros países de la región en tenerla. En este momento ya se recibe en Estados Unidos, Canadá y Argentina. Otras naciones como México, Panamá y Colombia las esperan en las próximas semanas o meses.
El país adquirió 50.400 dosis que ingresarán en dos tractos. Estas buscan cubrir las necesidades durante el 2025. Para ello, la CCSS invirtió $2.180.493 (unos ¢1.096 millones).
Esta misma vacuna también se utiliza en los adultos mayores, otra población vulnerable a este virus. Sin embargo, la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (CNVE) solo aprobó la inclusión el esquema básico de vacunación para las embarazadas.
¿Qué es el virus sincitial respiratorio y por qué es importante la vacuna?
El VSR es de los virus respiratorios de mayor circulación en Costa Rica. Tiene dos tipos: A y B.
Este virus se transmite a través de gotículas. Cada vez que un paciente con el virus tose, estornuda, habla o grita, expele gotas de saliva que contienen partículas virales. El patógeno puede ingresar al bebé por su nariz, boca u ojos e infectarlo.
El contagio también puede darse a través de contacto directo con los fluidos, por ejemplo, si una persona infectada besa al niño.
Provoca síntomas respiratorios y, por lo general, los mayores de dos años no sentirán más allá de un resfrío, pero puede ser letal antes del segundo cumpleaños.
Los menores de dos años no han terminado de desarrollar su sistema inmunitario y esto los expone más ante cualquier patógeno. En los primeros seis meses de vida esta condición inmunitaria es todavía más vulnerable.
Además, hay otras poblaciones de riesgo, como quienes nacieron prematuros, o presentan problemas respiratorios, cardiopatías o males inmunitarios.

Cada año, el Hospital Nacional de Niños (HNN) se satura por la cantidad de enfermos con este microorganismo.
Marcela Hernández De Mezerville, infectóloga del HNN, afirmó a La Nación que en el 2023 hubo 763 hospitalizados, en el 2024, 651 y al 19 de abril del 2025 se contabilizaron 77. En años anteriores, como en el 2019, los internamientos llegaron a 1.328.
En cuanto a fallecimientos, solo en el HNN hubo siete muertos en el 2023, tres en el 2024 y uno en lo que va del 2025.
“Es el agente que provoca las plétoras de ocupación hospitalaria en todos los centros con servicios de pediatría de este país, y los pacientes más delicados terminan en este centro. La plétora provoca la suspensión de cirugías de diferentes especialidades, esto afecta la lista de espera quirúrgica y provoca alta ocupación de los servicios de hospitalización” dijo en una entrevista anterior Carlos Jiménez Herrera, director del HNN.
Este virus además tiene la particularidad de que no genera inmunidad permanente, solo transitoria, por lo que una misma persona puede verse afectada en varias ocasiones, incluso en un mismo año.
¿Cómo funciona la vacuna?
La nueva vacuna se llama Abrysvo, tiene una sola dosis y es de la farmacéutica Pfizer.
A diferencia de las vacunas que se inyectan en los niños en los primeros días o semanas de nacidos, se administra a su madre mientras el bebé está en el vientre. Esto se llama inmunidad indirecta o pasiva: se da cuando el individuo (en este caso, el bebé) no recibe el fármaco, sino los anticuerpos.
“El sistema inmunitario inmaduro de los niños no permite producir anticuerpos competentes contra el VSR. Con otros virus sí es posible y por eso se vacuna contra estos desde los primeros días, pero eso no pasa con el sincitial”, destacó, en una entrevista anterior, Rodrigo Sini, director de Asuntos Médicos de Vacunas para América Latina de Pfizer.
Cuando se inyecta el producto, el organismo de la madre la interpretaría como “un agente ajeno”. La vacuna entonces motiva al sistema inmunitario de la embarazada para construir anticuerpos que la protejan. Dichos anticuerpos se transmitirían al hijo a través de la placenta.
Así, el bebé tendría protección antes de nacer. Después del nacimiento, la mamá entregaría los anticuerpos a través de la leche materna.

La vacuna es bivalente, ya que protege contra los tipos A y B del virus, porque ambos circulan a la vez.
Esta vacuna no está basada en virus debilitados, sino en proteínas. En este caso, se utiliza una subunidad de la proteína F del VSR, la “llave de entrada” del patógeno a las células humanas.
Pfizer probó varias “etapas en la vida” de la proteína, y vio que la más eficaz para provocar el efecto deseado se da justo antes de fusionarse en la célula, cuando cambia su forma y se “dobla” para poder ingresar.
¿Qué pasa con quienes no se vacunen?
La CNVE dispuso a finales del año pasado que los hijos de quienes por alguna razón u otra no sean vacunadas reciban un anticuerpo monoclonal llamado Nirsevimab, que se administrará al nacer, junto con las vacunas contra la hepatitis B y BCG.
Este fármaco consiste en una inyección en una sola dosis que le otorga al bebé los anticuerpos necesarios contra el VSR.
Sin embargo, la CCSS no ha brindado detalles de si este producto ya comenzó a aplicarse en el país.