
Nada detiene la alegría de Naím. La enfermedad neuromuscular mitocondrial cambió su vida cuando tenía apenas 1 año y tres meses y hoy no puede caminar porque los músculos de su cuerpo están debilitados. Aun así, se desplaza por toda la sala a bordo de su pequeño carrito celeste que lo lleva hasta un estante lleno de libros coloridos.
Su mam, Brittnie Casasola González, lo contempla y suspira al verlo jugar. Tenerlo junto a ella es su mayor regalo después de que le hayan dicho que lo mejor era que se despidiera de su pequeño. Hoy, aunque continúa en tratamiento, el futuro irradia esperanza.
La condición degenerativa que enfrenta el niño debilita todos los músculos de su cuerpo y más allá de no poder caminar, la principal complicación de la enfermedad radica en cómo afecta sus pulmones. Actualmente, Naím Vargas Casasola tiene que usar oxígeno todas las noches por medio de una máquina especial que fortalece sus órganos para que resistan a los diferentes virus respiratorios que podrían afectarle.
En este momento, él y su familia permanecen en la casa Ronald McDonald, en barrio don Bosco, una estancia gratuita a la que fueron remitidos por el Hospital Nacional de Niños. Allí, el niño recibe el oxígeno todas las noches y de esa manera evitan tener que hospitalizarlo. La familia vive en Turrialba, en Cartago, por ello, es necesario que mientras el pequeño tenga alguna crisis respiratoria esté en San José.
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Para la madre, poder estar cerca del Hospital de Niños representa una tranquilidad inmensa, pues dice que los médicos conocen todo el historial del pequeño, reconocen cuando su hijo tiene una crisis específica y saben la mejor manera de inyectarlo debido a su condición.
Naím, de quien contamos su historia con autorización de su mamá, es reservado con las personas nuevas, piensa que todas son doctoras y doctores. Durante los últimos dos años ha enfrentado situaciones tan complejas como tener un yeso tan grande como su tamaño e incluso estar intubado por días y ser extubado con éxito.
“Si Dios le ha dado tantas oportunidades es porque algo tiene con él. A mí en el hospital de Turrialba me dijeron que me despidiera de mi hijo. Un doctor me dijo que iba a entrar en paro cardiorrespiratorio. Tenía una bacteria en los pulmones, infección, neumonía y un pulmón colapsado. Ya no tenía funcionamiento de nada y entonces me dijeron que lo iban a desintubar. Decían que de los cuatro niños a los que iban a extubar él era el más difícil”, recordó la madre.

“Va a volver a caminar”
A sus 22 años, esta joven mamá se aferra a la fe. Confía en Dios y en el propósito en la vida de su hijo. Desde hace un año el pequeño Naím recibe un tratamiento desde Estados Unidos y según los médicos, es posible que el pequeño vuelva a caminar.
“Dicen que los resultados se ven como a los dos años, entonces ahí está la fe. Usted a él lo alza y se siente flojo, pero cuando se sienta en su carro se queda firme. Como él caminaba, va a volver a caminar. Antes de la enfermedad era un niño sano, sano, sano”, comentó Brittnie.
Aunque Naím continúa en tratamiento, la familia está más tranquila. Atrás quedaron los días más difíciles en los que durante un mes Brittnie y su esposo tuvieron que dormir en las bancas del hospital pediátrico y no siempre tenían dinero para comer, ni un lugar para bañarse. Además, estaban lejos de Nahiara, la hija mayor, quien extrañaba a su hermanito.
Ahora todos están juntos en San José. Durante su estancia en la casa Ronald, la niña de seis años recibe sus clases de preescolar gracias a una maestra del Ministerio de Educación Pública (MEP).
“Vamos a seguir adelante, a luchar y a confiar en Dios de que todo va a salir bien. Dios lo ha sacado de montones. Confío en que así seguirá siendo”, musitó la mamá.
Oportunidad para otros niños y sus familias
El 7 de noviembre se realizará la actividad del Gran Día, jornada en la que toda la venta de los Big Mac, de los restaurantes Mc Donald’s, se destinará a la Fundación Ronald McDonald y a Aldeas Infantiles SOS. Desde ya se realiza una preventa de cupones para canjear por combos el día del evento solidario y durante todo octubre y noviembre.
El año anterior, la Fundación Infantil Ronald McDonald atendió en su casa a 1.032 familias de zonas alejadas de la Gran Área Metropolitana, que requirieron que sus hijos o hijas fueran tratados en los servicios de Cardiología, Otorrinolaringología, Neumología y Nefrología del Hospital Nacional de Niños.

