Los chinos vinculados con el proyecto de ampliación de la refinería que se han desplazado hasta Costa Rica reciben una compensación por haber dejado su país.
Se trata de un bono salarial denominado “expatriación” que debe pagar Soresco, la empresa conjunta, a los empleados de la petrolera china (CNPC) destacados aquí. El reconocimiento se gira desde la llegada del “expatriado” al país hasta que finalice la relación laboral con dicha compañía.
A cada funcionario se le paga según el tipo de puesto que ocupe. De acuerdo con datos recopilados por la Contraloría General de la República, solo en el tercer trimestre del 2012 se giraron por ese concepto $245.850 (¢125 millones).
Actualmente, la petrolera china tiene unos 26 de sus empleados laborando para Soresco. El costo de la planilla la cubre esta sociedad, integrada en partes iguales por la china CNPC y la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
El beneficio fue cuestionado por la Contraloría en un reciente informe sobre el proyecto de modernización y ampliación de la planta de Moín, que Recope impulsa con la petrolera china.
El documento recoge la justificación dada por el subgerente de Soresco, William Ulate, quien replicó que esta es una práctica común aplicada en otras organizaciones a nivel internacional y es también una norma de la CNPC.
No obstante, la Contraloría dice en su estudio que no encontró evidencia de que se haya verificado y analizado suficientemente la formalidad y vinculación de dicha práctica internacional.
“Los hechos comentados podrían evidenciar una aparente desproporcionalidad con respecto a las decisiones y acciones administrativas que a la fecha se han adoptado, relativas a las obligaciones que las partes han asumido con motivo del traslado de personal de la empresa CNPCI para laborar en Soresco”, dice la Contraloría.
Consultado al respecto el presidente de Recope, Jorge Villalobos, coincidió en que “esto es una práctica internacional normal”.