
Aunque casi pasa desapercibida para quien camina por la plaza del Santuario de la basílica de los Ángeles, en Cartago, la fuente de los Delfines tiene décadas de observar la historia de la ciudad. En ese lugar está desde los 90, después de “rodar” por muchos lugares, sin que se apreciara su valor artístico e histórico. Sin embargo, planes en curso auguran una restauración en el 2022.
Fue inaugurada en 1873 y puesta en primera instancia en la plazoleta de la iglesia de San Nicolás Tolentino, hoy catedral de Cartago, donde sufrió daños por el terremoto del 4 de Mayo de 1910, cuando comenzó su deambular por varios sectores de la capital colonial costarricense.
Había sido descuidada, hasta que el filólogo e investigador Sergio Orozco planteó su restauración a la administración municipal anterior, ya que la plaza del Santuario donde hoy se halla, es propiedad del Ayuntamiento cartaginés.
“El anterior alcalde, Rolando Rodríguez, estuvo de acuerdo, pero no es sino hasta ahora que se dan pasos en ese sentido, confío en que la empresa o las personas a las que se les asigne ese delicado trabajo, lo hagan de una manera eficiente, ya que este es el arte público más antiguo de Cartago”, dijo Orozco en referencia a una licitación por ¢24 millones, abierta en el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop).

Historia
Según un estudio del propio Orozco, la Municipalidad de Cartago compró la fuente de los Delfines a la Fundidora Britannia Iron Works, con sede en Derby (Inglaterra).
Originalmente, explicó, se instaló en la Plaza Menor de San Nicolás Tolentino pero el terremoto de 1910 la derribó, por lo cual las autoridades la guardaron en una bodega municipal.
Todavía en el año 1933, el profesor y escritor Mario Sancho Jiménez publicó en la revista Repertorio Americano una crónica titulada Las Fontanas de Cartago en la cual criticó el estado en que se le tenía, pero no hubo una acción para su recuperación.
No fue sino dos años después, en 1935, cuando se celebró el tricentenario del hallazgo de la Virgen de los Ángeles que se construyó el parque frente a la Basílica denominado parque Tricentenario, cuando se decidió reinstalarla allí.