Costa Rica abandonó esta semana un compromiso internacional que adquirió en 2021 para erradicar la exploración y extracción de petróleo y gas natural, como miembro de una coalición de gobiernos llamada Beyond Oil & Gas Alliance (BOGA o Alianza más allá del petróleo y el gas, por sus siglas en inglés).
La delegación nacional en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28), realizada en Emiratos Árabes Unidos, se abstuvo de firmar la declaración de BOGA, que urgió a los países participantes en el foro a eliminar gradualmente los combustibles fósiles para lograr seguridad energética, climática y económica en el mundo.
En ese escrito venían las firmas de 16 integrantes, menos la de Costa Rica, aun y cuando es miembro fundador de la Alianza y uno de sus principales integrantes junto a Dinamarca, Francia, Irlanda y Suecia, entre otros.
La ausencia del país en dicho manifiesto se suma a otras señales enviadas por el gobierno de Rodrigo Chaves en cuanto al tema de los hidrocarburos. El mandatario y sus subalternos han expresado interés, más bien, en la exploración de yacimientos de petróleo y gas natural en suelo nacional e incluso en la construcción de una refinería.
De hecho, el 4 de octubre, el gobernante afirmó “aquí se han tomado decisiones producto de ideologías. Se han emitido una serie de decretos que han impedido la exploración del gas, que es con la que yo estoy más de acuerdo, y del petróleo”.
El pasado martes, La Nación consultó a Franz Tattenbach Capra, ministro de Ambiente y Energía y jefe de delegación en la COP28, por qué no firmó la declaración de BOGA. Respondió que Costa Rica ratificó junto a 129 naciones su compromiso de la COP28 de ampliar su eficiencia energética y uso de energías renovables. En el caso de BOGA, afirmó, era una iniciativa más.
No obstante, el compromiso que sí suscribió Costa Rica en Dubái no hace referencia alguna al petróleo, sus derivados o el gas. El país incluso ratificó otras siete iniciativas que impulsó la presidencia emiratí de la COP28. En ninguna, confirmó este diario, aparecen en los textos las palabras “petróleo” y “gas natural” ni alusiones a estos.
Los miembros declarados principales, como indica textualmente BOGA en su sitio en línea, son “gobiernos nacionales y gobiernos subnacionales u otras autoridades con poder de decisión sobre la concesión de licencias para la exploración y extracción de petróleo y gas”.
Según agrega, sus afiliados están comprometidos a poner fin a nuevas concesiones, licencias o rondas de arrendamiento para producir y explorar petróleo y gas, y a fijar una fecha para detener su producción y exploración en el territorio bajo su jurisdicción, postulados con los que la administración Chaves no parece coincidir.
Este 13 de diciembre, luego de más de10 días de intensas negociaciones, 200 partes reunidas en la COP28 (incluida Costa Rica) suscribieron un histórico acuerdo para abolir en forma gradual el uso de combustibles fósiles, tal y como lo pedía la declaración de BOGA que la comitiva nacional no firmó.
Dicho acuerdo estuvo en vilo dado que la propuesta original de declaración proponía una “reducción” de los combustibles fósiles, cuando un bloque importante del cual era parte la propia Alianza abogaba por la “eliminación” progresiva de esas energías.
Los acuerdos logrados en la COP28 no son vinculantes jurídicamente, es decir, no pueden obligar a actuar a ningún país. El mismo presidente de la COP28, Sultán al Jaber, dijo en la presentación del acuerdo que este “será tan valioso como lo sea su cumplimiento”, algo que depende de que cada país adopte los objetivos acordados de eliminar gradualmente el uso de combustibles fósiles.
Cambio de rumbo
El 4 de octubre, en la conferencia posterior al Consejo de Gobierno, el presidente Chaves, dijo haber solicitado ayuda a Noruega para realizar estudios que detallen el tamaño de las reservas nacionales de hidrocarburos y gas natural.
Tattenbach explicó en aquella ocasión que la meta era precisar, a partir de datos que ya tiene el Estado, cuál es el volumen de los yacimientos porque, según él, ahora existen técnicas de investigación modernas para extraer información y “tomar una decisión más educada”.
Al día siguiente, el 5 de octubre, la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) anunció que un supuesto grupo de inversionistas estaría interesado en elaborar otros estudios para ver si podría construirse una refinería en Limón.
Mediante un comunicado, Juan Manuel Quesada Espinoza, presidente de Recope, señaló que ya había tenido acercamientos con “algunos” para valorar el proyecto, pero no detalló de quiénes se trata.
“Producto de esos acercamientos, le hemos solicitado a los interesados que trabajen en un estudio técnico-financiero detallado y serio, que nos permita valorar en una forma adecuada este proyecto”, declaró Quesada en la nota de prensa.
Antes, el ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador Jiménez, se expresó en favor de la exploración de gas natural en Costa Rica. Según él, hizo tales manifestaciones a título personal y no en representación del Gobierno.
En una entrevista con la periodista Amelia Rueda, Amador sostuvo que explotar gas generaría recursos para depender menos de peajes en las carreteras para la construcción de infraestructura vial.
Narró en entrevistas de radio que, haber vivido en Emiratos Árabes Unidos y Catar entre 2013 y 2022, le enseñó que el petróleo permitió el desarrollo en ambos países de amplios centros urbanos y obras de infraestructura como autopistas, puertos, aeropuertos y sistemas de transporte subterráneo.
Alegó que en sitios donde antes había pequeñas localidades muy pobres en zonas desérticas, la generación de dinero derivado del gas natural y el petróleo permitió la creación de la infraestructura que hoy atrae turismo y mejoró la calidad de vida de sus habitantes.
En aquella ocasión, la diputada Kattia Cambronero, del Partido Liberal Progresista (PLP), calificó de retroceso ambiental pensar en más combustibles fósiles, en vez de migrar a energías renovables para el transporte en un país rico en belleza y biodiversidad.
Para Cambronero, resulta inexplicable que Amador emergiera como vocero de la explotación del gas y cuestionó ese lobby, al recordar que había otra persona en el cargo de Ambiente y Energía.
Primeras señales
No obstante, fue Tattenbach Capra quien primero evidenció el giro en la posición costarricense frente al petróleo pese a los compromisos adquiridos por el país en foros internacionales.
Consultado por La Nación, el 14 de noviembre de 2022, el ministro confirmó durante la COP27, en Egipto, el distanciamiento político con respecto a BOGA, apenas un año después de su lanzamiento en la COP26, en Glasgow (Reino Unido).
Tattenbach afirmó que era deseable y natural ceder la copresidencia de BOGA a otro país sin que ello implicara renunciar al grupo o al propio afán de erradicar el uso del petróleo en Costa Rica y el mundo. Pocos días antes, el 3 de noviembre, había dicho también que Costa Rica seguiría como miembro de BOGA, pero menos activo.
Un año después, sin embargo, Costa Rica se apartó de firmar la declaración del grupo que ayudó a fundar y lo hizo en la COP28, celebrada en el mismo país donde Amador dijo haber saboreado las mieles de explotar gas y petróleo para generar dinero y construir obras.
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