
Con el inicio de la temporada lluviosa, conducir durante un aguacero podría volverse cotidiano. Esa es una de las condiciones de más riesgo al tomar el volante, ante la posibilidad de derrapes y colisiones debido a una mezcla entre escasa visibilidad, velocidad y estado del vehículo.
Todos esos riesgos, sin embargo, podrían minimizarse con algunas estrategias que le permitirán mantener el control del automotor.
Las recomendaciones fueron suministradas por Alexander Solano Quirós, director de la Policía de Tránsito, la organización Manejar a la Defensiva (un grupo sin fines de lucro de prevención de muertes en carretera) y Randall Agüero Flores, técnico de los talleres AutoPits.
Estas son:
No conduzca si puede evitarlo. Si hay lluvia intensa y riesgo de inundaciones, mejor quédese donde está. Si es posible, manténgase alejado de las vías hasta que haya disminuido el aguacero.
Baje la velocidad. Cuando llueve, debe presupuestar un tiempo de viaje más largo (el tráfico se moverá más lento) y prevenir la tentación de acelerar si tiene el paso despejado porque podría ocurrirle un hidroplaneo, pues la posibilidad aumenta con la velocidad. El hidroplaneo se da cuando la llanta se separa de la calle debido a una capa de agua.
Apague teléfono, radio y conversaciones. Conducir a la defensiva es una frase que describe la práctica de anticipar peligros en condiciones adversas o por errores de otros conductores. Esto lo incluye a usted. Cuando maneje durante un aguacero, apague el teléfono, radio y, de ser necesario, evite conversar con otros a bordo para centrar toda su atención en la vía.
Sin parabrisas empañado. Ponga el aire acondicionado en una temperatura más fría con el chorro del aire apuntando al parabrisas. De esa forma, igualará la temperatura del exterior con su cabina, lo que evitará que se empañe el vidrio a causa del calor generado por la presencia y respiración de los pasajeros.
Cómo manejar un derrape. Si comienza a derrapar, no entre en pánico. Siga en la dirección que conduce SIN pisar los frenos (podría perder el control). Si ocurre un hidroplaneo, levante suavemente el pie del acelerador y no mueva el volante. Permita una pérdida de velocidad sin frenar hasta que los neumáticos recuperen contacto.
Sin frenado brusco. Baje la velocidad, use los frenos lo menos posible, sobre todo, evite frenazos fuertes. Brinde espacio a los demás y retire el pie del acelerador con suficiente rapidez como para no tocar el freno. ¿Por qué? Cualquier cosa que se interponga entre las llantas y el suelo (polvo, lastre, agua, etc.) podría quitarle, en instantes, el control del carro y lanzarlo hacia a otros automotores.
Aléjese. Asegúrese de que haya una ventana de 6 a 9 segundos de distancia entre su vehículo y el que va adelante. Esto le da amplio espacio y tiempo para reaccionar ante cualquier situación.
Más resbaladizas. Las primeras lluvias provocan que las calles estén más resbaladizas, debido a restos de aceite en la carretera que se acumularon durante la época seca. Antes de que los aguaceros disipen esos residuos, las calzadas serán más resbaladizas, por eso también debe transitar despacio.
Inspección básica. Verifique el estado de las luces y escobillas del limpiaparabrisas: un cambio a tiempo de estos componentes podría salvarle la vida pues le brindan a usted y a otros conductores una mejor visibilidad en la lluvia y la oscuridad. Asegúrese de que todo funcione.
Relieve de llantas. Los neumáticos pierden adherencia al circular sobre calles húmedas pero la pierden más si las llantas tienen poco relieve (menos de cuatro milímetros de taquillo). Inspeccione la banda y la presión del aire porque la tracción y estabilidad del vehículo dependen de ellas.