
El servicio de Emergencias del Hospital Max Peralta de Cartago está colapsado, con una saturación que supera el 150%. Para resolver esta crisis, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) aprobó un plan de emergencia que busca descongestionar el servicio. La solución no puede esperar a la construcción del nuevo hospital, que demorará años.
Esta atención de urgencias se brinda en un área de 1.500 metros cuadrados cuya construcción data de 1990. Hay disponibilidad de 50 camas y 10 sillones en las que los pacientes esperan mayores valoraciones o su internamiento.
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“Nuestra saturación en Emergencias anda superior al 150%. Hoy a las 7 a. m. estábamos en el 163%. Teníamos 99 personas. Los pasillos están llenos. Hay pacientes verdes que esperan hasta siete horas por atención o 13 en espera de cama para internamiento o un examen. A excepción del Hospital de Turrialba somos el único centro de salud de la provincia de Cartago con servicio de rayos X”, ejemplificó este jueves Krissia Díaz Valverde, directora del Hospital de Cartago durante la sesión de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Alexánder Sánchez Cabo, gerente médico de la institución, señaló que también hay problemas a nivel de recurso humano, pues hacen falta al menos cuatro médicos generales más.
“El Hospital de Cartago es el único servicio de Emergencias. Cartago no tiene segundo nivel de atención (clínicas que brinden más servicios a los básicos). Esto complica el diagnóstico de emergencias y prolonga la estancia en el servicio de Urgencias”, resumió.
Mónica Taylor Hernández, presidenta ejecutiva de la CCSS afirmó que es necesario darle prioridad al tema.
“El nuevo hospital no es solución inmediata. Tomaría un tiempo mínimo de cuatro años. Necesitamos dar una solución ya”, detalló.
¿Qué impacta en la atención de emergencias?
De acuerdo con Sánchez, la saturación se debe en parte a la falta de camas para internar pacientes, aunque aclaró que no es el único factor que limita la capacidad resolutiva del servicio de emergencias. El gerente médico señaló además los siguientes:
- Tiempos de respuesta del laboratorio
- Tiempos de respuesta de radiología
- Tiempos de respuesta de interconsultas
- Disponibilidad (o no) de realizar servicios especializados en el propio hospital. Si esto no es así deberá trasladarse a un hospital nacional, en este caso el Calderón Guardia.
- Adecuada rotación de recurso humano para cubrir todos los horarios necesarios.
- Posibilidad de contar con criterios de especialistas las 24 horas.
- Capacidad de hospitalizar a los pacientes que así lo requieran.
“Si un paciente por sus características o gravedad no puede ser egresado de forma segura en 24 horas, algún servicio del hospital debe recibirlos”, expuso Sánchez.
Donald Corella Elizondo, coordinador nacional de emergencias, indicó que el flujo de trabajo en un servicio de emergencias tiene tres componentes fundamentales:
- La cantidad de pacientes que solicitan atención y las complejidades que tienen.
- La forma en la que el servicio está estructurado: recurso humano, equipo, infraestructura.
- El hospital como un todo y su sistema de salud. La capacidad del centro médico de mover las camas para hospitalizar o los quirófanos para operar, o referir, y cuán rápido y eficiente pueda hacerlo.
“En Cartago ya llegamos al tope de hospitalización”, destacó.
No todo lo que el paciente considera emergencia lo es

Antes de explorar las decisiones aprobadas por la Junta Directiva es necesario explicar los diferentes tipos de pacientes que llegan a los servicios de emergencia. Estos se catalogan según colores:
Paciente blanco. Su situación no es una emergencia, puede esperar a una atención regular en consulta externa. Incluso no están enfermos. En ellos hay personas que llegan porque perdieron una cita o no encuentran sus medicamentos o tienen una mancha que no se quita desde hace tres meses.
Paciente verde. Su situación no es urgente, su condición es leve. Sí requiere atención, pero puede esperar a la consulta externa.
Paciente amarillo. Tienen una condición estable, pero con un grado de urgencia. Pueden esperar de 30 a 40 minutos por su atención.
Paciente rojo. Tiene una condición clínica grave que lo puede llevar a la muerte o incrementar el riesgo de falla de algún órgano. Deben abordarse en los diez minutos próximos a su ingreso.
Paciente azul. Su vida está en riesgo inminente. Ingresan directo a salas de shock, la atención debe darse en cuestión de unos tres minutos para evitar el deceso.
Los pacientes son atendidos según su gravedad, por eso, los pacientes verdes y rojos pueden esperar de tres a ocho horas para ser atendidos en el hospital.
“Muchos pacientes verdes llegan a Ebáis y no son atendidos, entonces se van a Emergencias. Por norma solo se le da medicación por tres días, entonces regresa al primer nivel (Ebáis). Es un círculo que no hemos podido resolver y nos lleva a nuevamente saturar el servicio de emergencias”, expresó Sánchez.
Según el gerente médico, a esto se le suma otro problema: el aumento de pacientes rojos y azules.
“Desde 2019 hay un incremento de 19,7% de pacientes rojos y de 30,7% pacientes azules, lo que puede traducirse en mayor complejidad de los casos que se reciben”, precisó Sánchez.
También se ha dado un aumento del 4,9% de pacientes amarillos.
Sin embargo, el 95,2% de los pacientes que llegan al servicio hospitalario son blancos o verdes.
El jerarca aseguró que hay variaciones por hora, los servicios entran en mayor demanda a partir de las 5 p. m. cuando los Ebáis ya no están en horario de atención y con mayor concentración después de las 9 p. m. cuando las áreas de salud (clínicas) tampoco dan servicio.
Solución de la mano de las áreas de salud
El apoyo de las áreas de salud como La Unión, El Guarco y Cartago en horarios extendidos ha sido vital para reducir la cantidad de pacientes blancos y verdes y que se descongestione el hospital. Esto ha bajado en un 4,7% los pacientes verdes y el 20,6% de pacientes blancos. Pero no es suficiente, ya que no cuentan con servicios de emergencias.
La propuesta, aprobada por la Junta Directiva, consiste en que algunas áreas de salud tengan servicios de emergencias para manejar los casos amarillos inclusive y tengan mayor capacidad de derivar los casos rojos y azules al hospital. De esta forma, el Max Peralta quedaría con los casos más complicados.
En este momento solo el área de salud de El Guarco tiene área de urgencias.
“Son funcionarios que tienen la camiseta muy bien puesta, en espacios muy pequeños han logrado concretar un servicio de urgencias, pero no en las condiciones que se requieren”, precisó Sánchez.
El proyecto aprobado tiene dos fases, y la primera se implementará antes del 15 de octubre.
Primera fase. Áreas de salud de Cartago y El Guarco tendrán servicios de emergencias para pacientes blancos, verdes y amarillos. En horario de 7 a. m. a 10 p. m. todos los días. Ambos edificios requerirán alquiler de edificios, más equipo y contratación de recurso humano. El costo total asciende a ¢1.009 millones.
Segunda fase. Se habilitarán servicios de emergencias para pacientes blancos, verdes y amarillos en las áreas de salud Oreamuno-Pacayas-Tierra Blanca, que trabajará de lunes a sábado de 6 a. m. y a 6 p. m.
También se abrirá este servicio en el área de salud Paraíso-Cervantes, de lunes a viernes de 7 a. m. a 8 p. m. y de fines de semana y fieradios de 7 a. m. a 8 p. m.
Corella manifestó que esto también ve ahorros en costos de atención. Una emergencia en un área de salud tiene un costo de ¢26.865 consulta y una hora de observación de ¢91.134. Mientras que en un hospital los valores son de ¢33.313 y ¢115.303, respectivamente.
Según las proyecciones de la Gerencia Médica esta implementación bajará entre un 50% y un 60% los casos de baja y mediana complejidad que hoy llegan al Max Peralta.
Esto también permitirá a los pacientes blancos reducir su tiempo de atención en un 81% mientras que los verdes y amarillos serán atendidos un 75% menor.
“También nos aseguramos de que los pacientes con un nivel de complejidad mayor tengan una atención de emergencias acorde con lo que necesitan”, afirmó Sánchez.
Vianney Hernández Li, representante del solidarismo ante la Junta Directiva, recalcó que estas decisiones no quieren decir que el nuevo hospital no se construirá. El hospital se construirá, pero estas son medidas que buscan solucionar lo inmediato, mientras el centro médico sea una realidad.