
Semillas de tomate y chile desarrolladas por la Universidad de Costa Rica (UCR) viajarán al espacio para ser evaluadas sobre cómo reaccionan a las condiciones de estrés a las que son sometidas en microgravedad.
Se trata del tomate acorazado y el chile dulcitico. Ambas especies son desarrolladas en la Estación Experimental Agrícola Fabio Baudrit Moreno de esta casa de estudios.
El tomate acorazado se desarrolló con genes de resistencia a los embates de dos plagas: la marchitez bacteriana y Virus de la Cuchara. Este tomate se desarrolla desde 2023 gracias a los investigadores Walter Barrantes Santamaría y Carlos Echandi Gurdián.
Este chile dulce, por su parte, es un vegetal híbrido que se adapta a las condiciones agroclimáticas, produce más chiles por planta y da frutos de mejor tamaño, calidad y sabor. Este chile dulce tiene una década maś en el país, ya que comenzó a cultivarse en 2013.
Esta investigación espacial explorará cómo las condiciones ambientales únicas en la órbita terrestre baja podrían activar nuevas rutas biológicas en estos cultivos. Esto ofrecerá conocimientos tanto para la agricultura espacial como para la agricultura sostenible en la Tierra. Podrían explorarse, entre otras cosas, formas para mejorar los cultivos y su resistencia.
Esta misión es posible gracias a un convenio con la firma estadounidense Jaguar Space. Estas semillas viajarán con otras de otros países de todos los continentes.
Las semillas partirán del Centro Espacial Kennedy en Florida el próximo 15 de julio y regresarán una semana después, el 22.
Otras misiones al espacio: ¿qué se ha enviado?
Enviar cultivos, bacterias, hongos y hasta células al espacio es común en el desarrollo científico. Las condiciones de microgravedad proveen un laboratorio de análisis a distancia que muestra características que no podrían verse en la Tierra y permite entender diferentes procesos, como enfermedades, aspectos nutricionales, o cómo podrían animales o seres humanos sobrevivir viajes espaciales.
Esta no es la primera vez que hay ciencia costarricense en el espacio. En 2022 la misión costarricense MUSA envió un pequeño satélite con el hongo Fusarium oxysporum, que causa el llamado mal de Panamá en las plantaciones de banano; el propósito es estudiarlo para buscar posibles tratamientos.
En 2023, Costa Rica fue parte de una misión internacional que envió células humanas al espacio con el fin de estudiar cómo se comportan y ver si dan claves de enfermedades neurodegenerativas.
Antes de eso, el astronauta Franklin Chang participó en una misión que estudió el mal de Chagas en el espacio. Allí se logró cristalizar una de las enzimas, la tripanotiona reductasa, que no podía cristalizarse en la Tierra. Eso permitió entender mejor la enfermedad. Eso se hizo durante dos misiones de la NASA realizadas en 1996.
Costa Rica no es el único país de América Latina en este tipo de misiones. En Perú se han enviado muestras de levadura para estudiar la radiación.
En Guatemala se han enviado hongos y bacterias para estudiar diferentes enfermedades.