Jess Márquez Gaspar es un hombre trans. Desde que tiene uso de razón, se ha percibido a sí mismo como hombre, aunque biológicamente nació en un cuerpo de mujer.
Hace seis años, Jess Márquez inició su terapia de reemplazo hormonal con el uso de una ampolla mensual de testosterona. Un año después de iniciar el tratamiento, dejó de menstruar y empezó a adquirir más rasgos masculinos.
Esta es una parte fundamental de su vida, tanto física como emocionalmente. Jess Márquez es un defensor de los derechos de la población trans, y en Costa Rica se le conoce por ser el primer trans extranjero cuyo cambio de nombre y género quedó registrado en documentos oficiales, en abril del 2019.
Sin embargo, el desabastecimiento de testosterona que hay en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) desde el año pasado ha hecho que la sombra de la menstruación regrese a su vida, con todas las molestias, aunque aún no haya sangrado, incluido el dolor abdominal y el cansancio.
Este faltante en las farmacias de la Caja ha causado desbalances hormonales en él y en otros 1.200 hombres trans y trasnmasculinos, poniendo en riesgo su proceso de reemplazo hormonal. Transgénero es un término global que define a personas cuya identidad de género, expresión de género o conducta no se ajusta a aquella generalmente asociada con el sexo asignado al nacer. En tanto, el término transmasculino describe, específicamente, a una persona asignada como mujer al nacer que se identifica como hombre.
A finales de noviembre, la institución solo tenía disponibles 857 ampollas de testosterona enantato de 250 mg. Entre los pacientes afectados está la población trans y enfermos con varios tipos de cáncer.
La CCSS logró un préstamo de El Salvador de 500 ampollas de testosterona a través del mecanismo de cooperación entre instituciones de salud de la región de Centroamérica y el Caribe.
También se esperaba para inicios de febrero el ingreso de la primera entrega de 12.000 ampollas como parte de una compra realizada por la Caja.
Según Márquez Gaspar, hasta la fecha él y el resto de pacientes que dependen de esta hormona siguen sin recibir el tratamiento que necesitan, en su caso, como reemplazo hormonal.
La terapia de reemplazo hormonal que ha recibido a través de la Caja iba bien hasta el año pasado. En junio de 2023, Jess Márquez se encontró con el primer obstáculo en la farmacia del Ebáis de Vargas Araya Norte, ubicada en el área de Salud de Montes de Oca, al este de la capital.
“Ese fue el primer desabastecimiento. Estuve aproximadamente un mes sin la ampolla de testosterona, pero no experimenté tantas repercusiones como en la situación actual. En ese momento, presenté una denuncia ante la Contraloría de Servicios, ya que constituye una violación al protocolo de atención de personas trans”, explicó Márquez, quien colaboró en la redacción de dicho documento.
A partir de entonces, comenzaron a llegarle denuncias de otros hombres trans y personas transmasculinas, dado que él es fundador y coordinador general del Colectivo Trascendentes.
Según señala, ha tenido que brindar apoyo psicológico en varios casos debido a las depresiones que han experimentado varias personas. Afirmó que hombres trans han vuelto a menstruar, lo cual les afecta considerablemente.
“La semana pasada, acudí nuevamente al Ebáis con mi receta y me informaron de que desconocen cuándo volverán a contar con el suministro. En mi caso, la interrupción de la terapia con testosterona ha ocasionado que vuelva a experimentar todos los síntomas menstruales: fuertes dolores en los ovarios, lo cual se complica debido al cáncer abdominal contra el que he estado luchando”, comentó Márquez.
Cualquier dolor abdominal incrementa el dolor que padece de forma crónica por el cáncer y otras afecciones asociadas. Además, dice, la carencia de la testosterona tiene un efecto neurológico.
“He perdido 5 kilos debido a la falta de testosterona, ya que he experimentado una pérdida de masa muscular. Esto me ha generado niveles elevados de ansiedad. A veces, sufro de insomnio y en otras ocasiones me quedo dormido. Me siento más sensible a los estímulos y, en general, con mucho malestar”, afirmó.
Narrar su experiencia va más allá de una lucha personal. Es colectiva. Márquez, entre otras actividades, se desempeña como capacitador y asesor en temas relacionados con la comunidad LGBTIQ+, personas con discapacidad y migrantes para el programa Vivir Bien de la CCSS.
La Defensoría de los Habitantes ya intervino por todos los pacientes ante la CCSS, institución a la cual le solicitó detallar los problemas de abastecimiento y las alternativas para garantizar la continuidad del tratamiento a la población que lo requiere.
A finales de enero y mediante un comunicado de prensa, Esteban Vega de la O, gerente de Logística de la CCSS, reconoció que el desabastecimiento obligó a la CCSS a investigar en el mercado nacional e internacional para suplir la necesidad interna del fármaco.
Entre la información que dio a conocer está el contrato de compra ordinaria con una primera entrega de 12.000 ampollas las cuales, según él, ingresarían en febrero. Empero, hasta ahora no han llegado a los pacientes.
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