Denuncias por violencia intrafamiliar en contra de mujeres se dispararon en los últimos tres años

En el marco del Día de la No Violencia contra la Mujer, la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud, dio a conocer estas estadísticas relacionadas a violencia intrafamiliar en el país en los últimos cuatro años; datos que evidencian un exponencial aumento en cuanto a las agresiones que viven cientos de mujeres en sus hogares.

Según los datos de las atenciones por el ente de Salud, pasaron de ser 170 por cada 100.000 habitantes en el 2020 a un total de 420 por cada 100.000 durante este 2023, en un periodo de tiempo que finalizó su corte al 11 de noviembre.

Los datos obedecen a los casos mediante la Boleta de Notificación Individual Obligatoria, la cual permite esclarecer los casos de denuncias, más no la cantidad de personas; esto significa que una mujer pudo ser violentada en más de una ocasión y recibir atención por ello.

La estadística anual indica que en el 2020 se atendieron 4.281 casos, mientras que en el 2023 se duplicó la cantidad con un total de 10.962 atenciones por violencia intrafamiliar a mujeres en el país.

Uno de los principales indicadores que más preocupa al ente de Salud es que las mujeres menores de edad son quienes están sufriendo más violencia dentro de su núcleo familiar, pues en las cifras de los últimos años representan casi el 50% de la población vulnerada.

Y el dato de 2023 demuestra que menores de un año, niñas de 10 a 14 años y de 15 a 19 años fueron las poblaciones que requirieron mayor atención debido a violencias como negligencia y abandono, abuso físico y abuso psicológico.

En cuanto a la localización de los lugares donde más mujeres fueron violentadas este año, la provincia de Puntarenas encabeza la lista por cuarto año consecutivo, seguido por Alajuela, Limón, San José, Cartago, Guanacaste y Heredia.

Consecuencias a nivel de salud

Las estadísticas de Salud indican que “en la Región de las Américas, una de cada tres mujeres ha sido víctima en algún momento de su vida de violencia infligida por el compañero íntimo o violencia sexual perpetrada por alguien que no es su pareja. La violencia contra la mujer adopta muchas formas, pero la violencia sexual, física y emocional por un compañero varón son las formas más prevalentes”.

Además, señala que la violencia tiene consecuencias perdurables con el tiempo con afectaciones en la salud física, mental y el desarrollo social y personal de la mujer.

Por otro lado, Salud explica que “se trata de un costo inaceptable que puede ser prevenido mediante acciones basadas en la evidencia, promovidas por las políticas y los protocolos del sector de la salud, y la colaboración con otros sectores”.

Esto porque existen consecuencias menos conocidas, por ejemplo la muerte ya sea por femicidio, suicidio, infección por el VIH/sida y mortalidad materna.

Y otro tipo de lesiones, infecciones de transmisión sexual (ITS), embarazo no deseado, morbilidad materna, consecuencias negativas para la salud sexual y reproductiva y trastornos mentales.

“Las personas más vulnerables están expuestas a sufrir agresión en el seno del ámbito doméstico, alerta que debe ser considerada o tomada en cuenta por las instituciones y el Poder Ejecutivo para empezar a disminuir los casos de violencia”, relata el documento.