Asegurar la cocina a la pared para que no se mueva fácilmente y meter los mangos o asas de las ollas para reducir el riesgo de que se derramen líquidos calientes sobre las personas, son dos de 16 medidas cuya práctica se busca promover en los hogares para prevenir quemaduras en los niños.
En los últimos cinco años, 1.639 chiquitos, principalmente menores de 4 años, fueron atendidos en la Unidad de Quemados del Hospital Nacional de Niños (HNN). Un 75% de ellos se quemó en su hogar y más del 50% fue víctima de líquidos calientes. Estas lesiones suceden entre 10 a. m. y el mediodía, y de 4 p. m. a 6 p.m. a consecuencia de descuido de papás, mamás y otros cuidadores, informó el subdirector de ese hospital, Carlos Jiménez Herrera.