Tiene 13 años de hacer la romería, pero en esta ocasión, los 287 kilómetros desde Hojancha, en Guanacaste, hasta la basílica, en Cartago, se le han vuelto un poco más pesados. Leonardo Castrillo, de 75 años, comenzó a caminar el jueves 28 de julio hacia el santuario nacional de Nuestra Señora de los Ángeles con una rótula dañada y luego de una operación de cadera.
Este lunes 1.° de agosto recorre los últimos 20 kilómetros de ese largo y agotador trayecto. Viaja con un grupo de nueve romeros: seis que salieron de Hojancha y otros tres de Pitahaya de Puntarenas. Tienen previsto llegar a Cartago cerca del mediodía.
Erick Mendoza es quien los asiste en este trayecto. “Caminé diez años desde Hojancha y las últimas cuatro romerías me he dedicado a asistirlos. Soy el encargado de la alimentación y el chofer”, comentó vía telefónica mientras sus compañeros terminaban de desayunar en Tres Ríos de La Unión para continuar la última parte de la romería hacia Cartago.
Fue Mendoza quien contó que entre el grupo viene Leonardo. Es el mayor de todos estos peregrinos y un valiente. También se ha convertido en su copiloto porque, debido al problema de rótula y de cadera que trae, Leonardo solo puede caminar entre 10 y 15 kilómetros por etapa. Claro que esta última espera caminar los 20 kilómetros que lo separan de Cartago.
“Ahí vamos, con tragedias... ampollitas. Son romeros de todas las edades. El más joven es Michael Obregón, de 21 años, para quien esta es su primera romería. Viene lleno de ampollas y sufriendo casi desde el primer día, cuando caminaron 70 kilómetros desde Hojancha hasta Jicaral.
Keylor Orozco, a quien llaman ‘el chino’, estuvo a punto de caer. “El famoso chino se nos quiso caer en Alajuela, por las ampollas. Él no quería echar para adelante, pero se le dio ‘psicología’ y aquí sigue... va bien arriba. Él va punteando”, comentó Mendoza.
Estos romeros, que se dedican al comercio, la agricultura y la apicultura en sus comunidades, llevan una mochila llena de peticiones. Principalmente, salud, y, como dice Mendoza, una petición para que ‘la Negrita’ interceda y le pida a Dios que pasen estas tragedias que tanto los han golpeado. Se refiere, sobre todo, a las dificultades económicas para volver a sacar a flote sus negocios.
“La vimos muy duro hace poco. Bajaron mucho las ventas. Rezamos para ver si la virgencita nos sigue haciendo milagros, porque la vida está muy dura”.
Este grupo, que tiene 39 años de viajar hacia Cartago cada agosto, agradece la ayuda que muchas personas les ha dado a lo largo del camino, y espera, en cuestión de pocas horas, arrodillarse frente a su ‘Negrita’ de los Ángeles.