Los diputados impulsan una reforma legal que ampliaría las causales para que los jueces condenen por el delito de violación. El plan busca cerrar vacíos legales en torno a conductas que actualmente no están tipificadas.
En caso de que el expediente 24.034 se apruebe de forma definitiva, se podrá condenar por violación a las personas que utilicen cualquier tipo de miembro corporal, como lengua, pies u otros, para ejecutar la agresión sexual.
El plan también ampliaría los tipos de penetración que se tomarían en cuenta para determinar el delito, agregando dos nuevas formas: vía oral y mediante orificios creados por el agresor en cualquier parte del cuerpo. Esta última es una práctica extrema que realizan algunos agresores.
El proyecto haría los ajustes en el artículo 156 del Código Penal.
Actualmente, la ley solo reconoce como violación la introducción del pene, o de uno o varios dedos, así como objetos o animales, ya sea por la vía vaginal o anal. Además, se incluye el obligar a la víctima a que se los introduzca a sí misma. El delito conlleva de 10 a 16 años de cárcel.
Esta situación deja desprotegidas a las víctimas de agresiones cuando sufren conductas no tipificadas.
Caso reciente
Esta iniciativa surgió debido a un caso reciente en el que un agresor sexual introdujo su lengua en los genitales de la víctima. El hombre recibió una condena reducida por el delito de abuso sexual, en lugar de violación, debido a lagunas en la legislación actual.
El proyecto recibió el apoyo unánime de la subcomisión encargada de su análisis, la cual recomendó a la Comisión Permanente Ordinaria de Asuntos Jurídicos que se dictaminara afirmativamente y se someta a discusión en el Plenario.
La subcomisión estuvo compuesta por Daniela Rojas, diputada del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC); Johanna Obando, del Partido Liberal Progresista (PLP), y Danny Vargas, del Partido Liberación Nacional (PLN).
Según explicó la subcomisión en su informe de recomendación, en el pasado se omitió contemplar miembros corporales distintos a los dedos, el pene o la vagina como medios bajo los cuales se puede ejecutar una violación, lo que pone en una “total desprotección” a las víctimas.
Inicialmente, la reforma solo buscaba incluir la lengua como medio para ejecutar la violación; sin embargo, el plan recibió diversos criterios que sugirieron que el cambio era un avance, pero no permitía subsanar la totalidad de las lagunas legales que presenta el Código Penal.
Una de las sugerencias provino del Centro de Investigación y Estudios de la Mujer (CIEM) de la Universidad de Costa Rica (UCR), que recomendó a los diputados no limitar la reforma únicamente a la inclusión de la lengua como medio de violación, sino considerar que este delito podría cometerse con cualquier miembro corporal.
Instituciones como el Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica y la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia emitieron recomendaciones similares. El Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional (UNA) y la Fundación Justicia y Género también aportaron sus criterios en esta misma línea.
Además, el CIEM recomendó incorporar en el texto la penalización de prácticas extremas de violación, como la penetración en orificios creados por el agresor en el cuerpo de la víctima. Las sugerencias del centro fueron acogidas por los diputados en el texto sustitutivo que buscan llevar al Plenario.