A Rosibel Chacón la contactó David Thomas, un supuesto estadounidense de Houston, Texas, interesado en alquilar un apartamento en Costa Rica por seis meses, pues vendría de viaje. Incluso, le envió fotos de su pasaporte para que le confeccionara el contrato de arrendamiento. Todo parecía normal, hasta que llegó la hora de recibir la transferencia del pago inicial: era un intento de estafa.
“Publiqué un anuncio para rentar un apartamento, me escribieron de un número extranjero con área de Estados Unidos. La persona me pidió fotos e información del apartamento, yo se la envié.
“Me dijo que se llamaba David Thomas, envió fotos de sus documentos y dijo que viajaría a Cota Rica en mayo; quería rentar por seis meses”, recordó Chacón.
El hombre le comentó que estaba interesado en firmar un contrato y quería hacerlo en presencia de un abogado el día en que llegara a Costa Rica, por lo que le brindó los datos personales para el trámite.
Chacón comentó que, en ocasiones anteriores, ha realizado trámites con personas que viven en el extranjero, por lo que al inicio no le pareció extraño que un estadounidense le escribiera y le solicitara fotos e información del apartamento; incluso relató que esta persona le envió audios, en los que hablaba “spanglish”.
Al día siguiente, el hombre le dijo que le haría el pago del depósito, por lo que la costarricense le envió su número de cuenta para la transferencia en el Banco de Costa Rica (BCR). Posteriormente, el supuesto extranjero le informó de que ya había efectuado el pago.
Tan solo unos minutos después, mientras ella esperaba la confirmación del depósito para concretar el alquiler, un supuesto funcionario del BCR la llamó para decirle que había un error que impedía concretar la transferencia y que la contactaba para ayudarla.
“Me dijo que era del BCR, banco en el que yo tengo mi cuenta, y me explicó que habían depositado un monto a mi nombre. Posteriormente, me dijo que el dinero venía a nombre de David Thomas, y me dijo los últimos números de pasaporte del señor. Hasta ahí; no vi algo extraño”, explicó.
“No me pidió datos, solo me pasó una página web igual a la del banco”, relató la vecina de Sarchí.
El hombre le indicó que, por WhatsApp, le llegaría el link donde debía poner un código Swift y, luego, debía registrarlo a su nombre.
El número del que llegó el mensaje tenía la imagen del BCR, y el supuesto funcionario continuamente le recordaba que “el tramite era seguro”, pues el banco “no pedía información por teléfono”.
Chacón aseguró que el link que le compartieron era igual a la página web del BCR, con los colores y el mismo diseño. Ahí puso el código que el funcionario le brindó, pero sus sospechas empezaron cuando le comentó que no entendía cómo avanzar en la web y pidió ayuda a sus hijos.
El hombre de la llamada le pidió que abriera un usuario en la página, pusiera su número de cuenta y el código PIN de la tarjeta, pero ella no estuvo de acuerdo y le dijo que iría a la oficina del banco a resolver el problema y le cortó la llamada.
Ese 6 de mayo, acudió personalmente al BCR, en donde le informaron que se trataba de un intento de estafa.
“Cuando llegué al banco de Sarchí, la cajera me dijo que era un intento de estafa, que ya se habían presentado varias personas con la misma historia, que me salvé de no ser estafada al no poner mi información, sino me vaciaban la cuenta”, narró.
Ante la situación, decidió ir al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en Grecia, a brindar la información para evitar que a más personas les sucediera lo mismo, o bien, colaborar en el caso de que hubiera una investigación y su información ayudara a atrapar a los estafadores, pero ahí le indicaron que solo atendían casos si robaban el dinero.
Los delincuentes no lograron obtener lo que buscaban mediante el timo, mediante el cual esperaban acceder a la cuenta bancaria de la mujer para disponer de sus recursos.
El caso de Rosibel Chacón no es ajeno. Esta es una nueva forma en que los estafadores buscan timar a los arrendantes de bienes raíces, para que ingresen sus datos a una plataforma igual a la del Banco de Costa Rica y posteriormente vaciar sus cuentas.
Según indicó el BCR a La Nación, por este tipo de modalidad se ha reportado una denuncia formal ante la entidad bancaria, la cual fue de una persona estafada.
Este medio consultó al Poder Judicial sí contaban con reportes de casos similares, pero este indicó que solamente podrían dar información sí se facilitaba el número de expediente, pues no llevan un registro por modalidad de estafa.
“El OIJ atiende este tipo de asuntos por medio del Centro de Información Confidencial de modo que, si bien no se recibe una denuncia formal (porque no se consumó el hecho delictivo), se dirige a la persona para que formule la ‘denuncia’ por medio de la Información Confidencial, ya que es el despacho encargado de recibir y registrar esa información.
“No solo lo traslada al despacho policial que le corresponde, sino que además a la Unidad de Análisis Criminal, a fin de que este última realice el cotejo de la información contra las denuncias que ingresan a nivel nacional y pueda brindarse un mejor abordaje a los casos como el mencionado”, informó el Organismo.