¿Es Costa Rica realmente un país tan caro como algunas personas suelen decir? La respuesta, aunque parezca contradictoria, es sí y no. Todo depende de los bienes y servicios que se pretendan adquirir y, por supuesto, del grupo de países con el que se hace la comparación.
Por ejemplo, comprar un vehículo cuesta aquí un 33% más que en otros vecinos de América Latina.
Sin embargo, si hablamos de educación, los costarricenses pagan, en promedio, un 61% menos que en el promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La vivienda, el agua, la electricidad y los combustibles también son más baratos en Costa Rica que en la media de América Latina y la OCDE. Lo mismo sucede con otras 11 líneas de productos.
No obstante, existen 10 categorías en las que los costarricenses pagan más, y a veces mucho más. El problema es que estos bienes tienen un mayor peso para las personas de escasos recursos, pues incluyen los alimentos básicos.
La mayor diferencia, en detrimento del bolsillo de los costarricenses, ocurre en la categoría de frutas, vegetales y papas.
Los ticos pagan, en promedio, un 38% más por esos productos que los vecinos latinoamericanos. Algo similar ocurre en las categorías de salud y equipo de transporte personal.
Además, aquí la leche, los huevos y el queso son un 25% más caros que en el promedio de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Estos datos forman parte del estudio “Un análisis de la paridad del poder de compra en países de la OCDE”, elaborado por la economista Diana Van Patten para el Banco Central de Costa Rica (BCCR) en 2021.
Además, en Costa Rica son más caras las bebidas alcohólicas y no alcohólicas, al igual que el pescado, el pan, los cereales, otros alimentos y el tabaco.
En el ala de los bienes más baratos, en comparación con la OCDE, también están los muebles, el mantenimiento, la recreación y la cultura, los restaurantes, los hoteles, la construcción, los servicios misceláneos, la ropa, los zapatos, la carne, y los aceites de cocina.
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Precios de canasta básica crean desbalance
El estudio analizó las posibles razones por las cuales existe un pensamiento generalizado de los costarricenses de que viven en un país caro.
Al respecto, Van Patten apuntó que se presenta la particularidad de que muchos de los bienes de las categorías más costosas son parte de la canasta básica. Eso, señaló, crea un preocupante desbalance.

La economista expuso que, a pesar de que el país es relativamente barato en múltiples categorías, los altos precios “en industrias clave con alta concentración de productores pueden haber contribuido a la noción general de Costa Rica como un país caro”.
Van Patten califica esta situación de “preocupante” por el impacto en el bolsillo que afrontan los hogares más pobres.
“La Ley de Engel establece que el porcentaje del gasto que se dedica a alimentos está inversamente relacionado con el ingreso real del hogar”. Esto quiere decir que, entre menos ingresos perciba un hogar, más proporción de los recursos son utilizados en comprar estos productos básicos.
“Según esta ley, entonces, altos precios en la canasta básica alimenticia afectarían desproporcionadamente a los consumidores más pobres. Por lo tanto, este patrón de precios contribuye a aumentar la desigualdad de ingresos reales en el país”.
Como solución, la economista plantea “aumentar el grado de competencia”, con lo cual, según el estudio, se “podría beneficiar principalmente a las personas de bajos ingresos, y ayudar a disminuir la desigualdad de ingresos reales en el país”.
¿Por qué los autos son más caros en Costa Rica?
El estudio desagregó los precios de productos más caros en Costa Rica, en busca de encontrar posibles causas.
En cuanto a los vehículos, el análisis determinó que “los impuestos a las importaciones de vehículos en Costa Rica tienden a ser más altos que los cargados por otros países”.
Menciona que Costa Rica tiene un arancel de 52,29% sobre el precio de vehículos nuevos o con una antigüedad no mayor a los tres años; y de 79,03% para los autos con una antigüedad mayor a los seis años.
“Como referencia, el impuesto a la importación de un vehículo nuevo va del 2% al 17% en México, según el precio del vehículo.
Además, aporta un comparativo de precios con otros cinco países, al momento de adquirir un Toyota Corolla nuevo o un vehículo nuevo de esa misma categoría.
Mientras el precio del automóvil se acerca a los 40.000 PPA, en Estados Unidos el mismo bien cuesta 20.000 y un poco más en Chile.
Los PPA (Paridad del Poder Adquisitivo) es un método utilizado por el estudio para convertir el valor de los bienes en una moneda común entre los países. “La PPA se utiliza para efectuar esta doble conversión: convertir la moneda y deflactar los precios”. Se utilizaron como referencia los precios del año 2017.
El estudio también encontró oligopolios y prácticas proteccionistas que, según el análisis, contribuyen a un mayor nivel de precios en los lácteos y el arroz.
“El mercado de los lácteos en el país tiene una alta concentración en términos de productores. Este estado oligopólico de la industria podría refelajarse en los altos precios relativos que pagan los consumidores nacionales, en comparación con otras regiones del mundo”.
En cuanto al arroz, que se encuentra en la categoría de pan y cereales, se señala que este producto gozaba de una alta protección arancelaria que disminuía el nivel de competencia de los arroceros nacionales, y aumentaba la concentración de la producción de la industria”.
Sobre este punto, el actual Gobierno decidió disminuir considerablemente el impuesto a la importación del arroz para impulsar la competencia, así como eliminar el precio regulado.
Sobre la energía eléctrica y los seguros, el estudio determinó que son significativamente más baratos en Costa Rica que en los países de la OCDE y levemente más altos que en el promedio latinoamericano, al igual que el agua y los combustibles líquidos.
La comparación con la media latinoamericana deja un saldo de 12 categorías de productos más caros y nueve más baratos.
Con la OCDE, se trata de diez más caros y 11 más baratos.