La ultrabaja tasa de fecundidad en Costa Rica es tendencia desde hace al menos cinco años, cuando empezó a bajar de 1,3 hijos por mujer. El año pasado hubo 45.825 nacimientos, la primera vez que se baja del umbral de los 50.000, lo que representa una reducción del 35,59% en 25 años.
Pero hay un grupo de edad en el que todo es diferente: las mujeres de 40 años o más. Mientras que la fecundidad en Costa Rica va a la baja, en estas edades se mantiene y cada año hay entre 1.600 y 1.800 nacimientos. En el 2024 hubo 1.697, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). De las mujeres, 319 eran madres por primera vez, un número que crece a un ritmo todavía mayor.
LEA MÁS: Ser madre a los 40 o más: desafíos, cuidados y realidades del embarazo en esta etapa
Esto hace que tomen cada vez una porción mayor del pastel de los alumbramientos, que sigue siendo marginal pero creciente. Mientras que en el año 2000 el INEC refería que el 2,3% de los recién nacidos tuvieron una madre de 40 años o más, en el 2024 ya constituyeron el 3,7%. Los porcentajes son bajos, pero representan un incremento del 60%.
LEA MÁS: Aumento de muertes durante embarazo, parto y posparto preocupa a Salud
“En 1972 teníamos, en mujeres de 40 años o más, 43 nacimientos por cada 1.000. Esta cifra baja significativamente en 1983 a 20 por 1.000. Luego bajó a 18. Luego comenzó a subir, especialmente después del 2015, y ya para el 2024 vemos que está en 37 por cada 1.000 nacimientos. Todo esto, de la mano con la disminución de la natalidad”, expresó Olga Araya Umaña, coordinadora de la Unidad de Estadísticas Demográficas del INEC.
La Nación conversó con Araya y con David Delgado Montaldo, sociólogo e investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Son muchas las causas sociales, culturales y hasta de tecnología que pueden explicar la fluctuación.
Delgado señala que, por un lado, en la década de 1970 era mayor la presencia de la mujer en el hogar y las aspiraciones de tener una familia más numerosa, por lo que era normal tener varios hijos durante más de una década, y algunas mujeres los tenían después de los 40 años. Además, el acceso a métodos anticonceptivos era menor. Todo esto podía explicar por qué había una mayor maternidad de mujeres en la cuarta década de vida hace 50 años.
Pero solo 10 años después ya se tenía una mayor incorporación de la mujer a la fuerza laboral y las mujeres que podían pagarlo tenían acceso a la salpingectomía (cirugía para no tener más hijos). Ya para 1999, esta operación podía hacerse en la seguridad social y esto pudo haber bajado la maternidad en esas etapas.
Para la década del 2000, la mujer quería dar prioridad a otros aspectos, como su carrera y una pareja más estable, y comenzó a tener hijos a los 30 y posteriormente, lo que explicaría el aumento.
Para el 2024, la tendencia vista desde el 2015 se mantiene, pero cada vez con madres que tuvieron su primer hijo a mayor edad.
Si se analizan los nacimientos del año pasado, no hay mucha diferencia en las provincias, aunque el 52% de quienes tuvieron un hijo a esta edad vive en San José o Alajuela, las provincias más populosas.
En cambio, cuando se analiza dentro de cada provincia, el panorama es más parejo. La provincia con menor peso de partos en mujeres en la cuarta década de la vida es Limón, donde el 3,16% de los recién nacidos tienen una madre en sus cuarenta. La provincia con mayor proporción es San José, donde llega a un 4%.

El verdadero cambio: el primer hijo a los 40 o después
El principal cambio en los últimos 25 años vino de quienes decidieron ser madres por primera vez. La cifra se triplicó. En el 2000, 108 mujeres de 40 años o más fueron madres por primera vez, mientras que en el 2024 fueron 319.
LEA MÁS: Christy Marín, quien fue madre a los 42 años: ‘Escúchense a ustedes y no oigan presiones’
En el año 2000, las primerizas en los 40 constituían el 6,12% de todas las madres de ese rango de edad; en el 2024 fueron el 18,8%.
Si se ven todos los embarazos primerizos a nivel nacional, la tendencia también es clara. En el 2000, las mujeres de 40 años o más eran solo el 0,38%. En el 2024, representaron el 1,63%. Aunque la cifra sea marginal, representa un incremento de 4,29 veces.
“No son números que crezcan tanto como para desplazar a los otros grupos de edad, pero el cambio sí es suficiente para tomar cada vez una mayor proporción”, especificó Araya.
La gestación en esta etapa también viene acompañada de otro fenómeno: es más probable que estas mujeres tengan únicamente un hijo. Aunque hay quienes piensan en más de un embarazo entre los 40 y los 45 años, son una minoría.
“La probabilidad de un segundo hijo es muy pequeña. La mayoría se quedarán con un solo hijo, muchas dirán: ‘Ya no me da tiempo de tener otro hijo’”, señaló Araya.
Los datos no permiten determinar cuáles de estas mujeres lo planearon o para cuántas fue una sorpresa; tampoco es posible conocer de esa información si ese fue el plan original o si pasaron varios años en busca de un embarazo y luchando con problemas de fertilidad.
Sin embargo, Delgado estimó que, en términos generales, la maternidad a esta edad tiene características diferentes a las de otros grupos poblacionales. En muchos casos, se trata de mujeres que si bien no descartaban la maternidad del todo, la postergaron para dedicarse a cumplir metas personales.
“Es una decisión superconsciente ya, meditada. Un cálculo racional. Habrá excepciones, pero en su mayoría son más conscientes. Son embarazos que se buscan, porque se trata de mujeres, en pareja o no, que deciden no solo ser madres: deciden gestar”, comentó Delgado.
Uno de esos casos es la experta en protocolo Christy Marín, quien quedó embarazada a sus 42 años.
“Yo no estaba presionada para ser mamá, ni por mi familia, ni por mi pareja, ni por mí misma. No lo buscaba activamente, pero no estaba evitándolo, lo queríamos, pero era un ‘si viene, viene; si no, también’”, contó Marín, quien se percató de su embarazo cuando ya tenía cuatro meses de gestación.
LEA MÁS: Así afecta al cuerpo femenino y al bebé un embarazo antes de los 15 años
¿Quiénes tienen su primer hijo después de los 40?
Marín corresponde a un grupo mayoritario de madres primerizas a los 40 años o más que son profesionales y ejercen carreras universitarias. El 62,38% de las madres primerizas del 2024 tienen educación superior completa.
Si se toma en cuenta a todas las mujeres universitarias que tuvieron su primer hijo en el 2024, el 5,68% tenía 40 años o más. Un porcentaje alto, si se toma en cuenta que los primeros partos en mujeres de esta edad representan el 1,6% de todos los partos primerizos.
Esto también se ve cuando se analiza a qué se dedican estas mujeres. El 57% de quienes tuvieron su primer hijo después de los 40 años en el 2024 trabaja como profesional o en puestos de dirección o gerencia.
Y una de cada cuatro gerentas que tuvo su primer hijo el año pasado lo hizo después de los 40.
“Es consistente también con lo que se ve en otros países, mujeres ya profesionales, con estudios superiores y trabajo estable que sienten que ya pueden darles una estabilidad económica a sus hijos”, dijo Olga Araya.
Si anteriormente se vio que la provincia no era determinante en los hijos después de los 40, cuando se trata del primer hijo sí lo es. El 78% de las madres primerizas a esta edad vive en Alajuela y San José (lo cual contrasta con el 52% cuando se toman en cuenta todos los partos, sin importar la cantidad de hijos).
Además, cuando se analiza dentro de cada provincia, en San José el 2,50% de las primerizas tiene 40 años o más; esto contrasta con el 0,47% de Puntarenas y el 0,49% de Limón. Las otras provincias se ubican entre el 1% y el 1,34%.
“Es un fenómeno principalmente urbano; en las zonas rurales sigue siendo común que las mujeres tengan hijos a los 40, pero no serán el primero y probablemente tampoco el segundo. Sin embargo, son cifras a las que se les debe prestar atención”, apuntó Delgado.
LEA MÁS: San Mateo tiene tasa de embarazo adolescente de las más altas del mundo
Los retos país de la maternidad en los 40
Para Araya, esta transición de maternidades tardías también presenta retos que los servicios de salud deben adecuar.
“Es un comportamiento importante y que debe analizarse; sobre todo, por las comorbilidades que se presentan en estas edades. Esto debe tomarse en cuenta a la hora de diseñar políticas prenatales”, destacó Araya.
También deben tomarse en cuenta, mencionó Delgado, que muchas de estas mujeres deciden ser madres sin una figura paterna, por lo que también deben encontrar los servicios necesarios para hacerlo de la mejor forma.